jueves, 21 de julio de 2016

Cuando los vascos inventaron el caserío





A los vascos nos llevó 1.400 años inventar el caserío. Concebir y diseñar una vivienda rural tan perfecta y eficiente es un mérito que otros pueblos vecinos nunca han logrado, ni siquiera los cantábricos que comparten nuestro mismo clima, vegetación y ganadería.
La «singularidad o genialidad vasca» estriba en haber logrado «sintetizar en un único edificio, colosal, de hasta mil metros cuadrados distribuidos en dos y tres plantas, todas las funciones esenciales: lagar, vivienda, cuadra, granero y pajar».

Alberto Santana ha recorrido más de 20.000 caseríos durante los últimos 25 años. Las investigaciones de este profesor de historia del arte e historia medieval se han plasmado en varios libros sobre el baserri vasco. En una charla impartida recientemente en Arrasate, el profesor Santana afirmaba que el caserío «es un kit perfecto, es la invención vasca». Pero es un invento reciente, al menos en la configuración arquitectónica con que ha llegado hasta nuestro días.

El caserío tal y como lo conocemos hoy «solo tiene 500 años». Con anterioridad, obviamente hubo casas de labradores, pero Santana sostiene que «si las viéramos hoy, no las denominaríamos caseríos».
Prospecciones arqueológicas como las efectuadas en Igartubeiti (Ezkioga, Gipuzkoa), o en Momoitio (Garai, Bizkaia) han revelado que aquellas primitivas viviendas eran sencillas cabañas de madera, excavadas en fondos de roca y recubiertas con techos vegetales, con pequeños mamparos de varas de castaño o avellano entretejidas al tresbolillo, recubiertas con argamasa de cal y arena, para la distribución de los distintos espacios.
Aldea o baserria 
El origen del caserío vasco hunde sus raíces en la época tardorromana. Las más recientes hipótesis apuntan a que el caserío, como unidad de vida y trabajo permanente de una familia nuclear (abuelos, padres e hijos, más solteros descolgados), surge a finales del siglo II, con la primera gran crisis del Imperio Romano.
Pero en sus formulaciones más antiguas, el caserío «nunca está solo». Forma parte de una comunidad más amplia. Es la aldea. Como antes lo habían sido los castros, en la Edad del Hierro.
Después de 5 siglos de profunda dominación romana, en que se combinan explotaciones agrícolas, con los puertos y ciudades, los labradores autóctonos «de los años oscuros de la prevasconización», se van asentando en poblados compuestos por unas pocas cabañas apiñadas a «distancias que raramente exceden los 30 metros unas de otras». Se parecen al poblado de Astérix, según Santana.
La aldea era una unidad «perfecta, cerrada, permanente. Argiñeta (Elorrio), Udala o Bedoña, eran así». La unidad «no es el caserío, es la aldea». Y es elocuente que 'baserria' signifique en puridad aldea o comunidad del bosque o monte (basoko herria), y no se denomina 'basetxea' a la casa del bosque.
Udala es un buen ejemplo de estos 'baserri' o 'basoko herriak'. Enclavada a media ladera del Udalatx, da nombre a la propia peña, mirando hacia el sur, perfectamente soleada, libre de las nieblas, del barro y de los desbordamientos fluviales que azotan al fondo del valle.
En estos lugares los hombres de la fase tardía de la romanización hallaron las condiciones ideales para llevar una vida de labradores y ganaderos libres y cuasi independientes aunque encuadrados en estructuras sociales mucho más amplias.
Conquista del paisaje
Con el paso de los siglos, esas abigarradas comunidades se irán espaciando. Según las últimas evidencias arqueológicas, el inicio de esta dispersión, que no aislamiento ni soledad, comienza hacia el año 1000. Las casas se van distanciando 200-300 metros unas de otras, con algunas escalando el tercio superior de las laderas, y otros se atreven a colonizar el fondo del valle.
Es un paso importante en la evolución y en la conquista del paisaje. Y «es muy perceptible en Debagoiena cuando se observan los caseríos salpicando las laderas. La gente quiere ir ganando en independencia, aun a costa de la seguridad» decía Santana.
Paradójicamente, los caseríos más aislados, aquellos que tanta reputación se ganaron en el imaginario folclórico vasco como los más genuinos y lo más antiguos, «son en realidad los más recientes». Son los últimos en ser habitados y los primeros en ser abandonados. Los caseríos solitarios, perdidos en el monte, con orientaciones deficientes y orografía inconveniente, nacen hace aproximadamente hace 700 años. Y sus moradores pudieron no ser voluntarios.
Santana cree que son el «resultado de la presión y de la coerción impuesta por los jauntxos, laicos y eclesiásticos, que obligaban a los segundones de los baserritarras a poblar las kortas o seles».

Las kortas o seles (saroi o sarobe en la Gipuzkoa oriental) eran unidades de medida para la distribución de los aprovechamientos de la tierra, fundamentalmente para el pastoreo de vacuno. Tenían forma circular con diámetros que oscilaban entre los 500 y los 320 metros de diámetro. Santana cree que su origen podría remontarse a la segunda Edad del Hierro, 200 años antes de Cristo.
Estas parcelas comunales se asignaban por periodos de uso de unos 10 años. Al cabo de este tiempo, se volvían a delimitar nuevas kortas y se volvía a adjudicar su explotación entre los miembros de la comunidad. Así, con el paso de los siglos, Eukal Herria, vista desde el aire, se ha antoja en paisaje repleto de lunares que se solapan y se superponen. Santana calcula que «pueden haber 40.000 kortas».
Los seles o kortas eran el reflejo de la concepción comunal vasca del terreno, unidades de uso y aprovechamiento, no de apropiación. Hasta que los jauntxos de Aramaio y Oñati, y sus acólitos, comienzan a apropiarse de estos terrenos.
Es así que los baserritarras ya no pueden mantener a su ganado en el monte, como hasta entonces, porque ahora resulta que tiene dueño. Y en consecuencia comienzan a bajar las reses a casa. Tienen que bajar la korta a casa. Es en ese momento cuando añaden a la casa un espacio nuevo: el establo o korta.
Inseguridad 
La dispersión y los caseríos aislados se encontraron a partir del siglo XIV sumidas en clima de tremenda inseguridad, de terror en muchos casos, por parte de las grandes familias feudales. La gran crisis de mediados del siglo XIV condujo a estos jauntxo guerreros a depredar sobre los campesinos. Los señores feudales reaccionaron de la única manera que sabían y podían hacerlo: con la violencia. Desangrándose entre ellos y esquilmando los pocos recursos que poseían los baserritarras, que no tenían medios para defenderse.
En consecuencia, los baserritarras de Bergara, de Mondragón, y después de toda Gipuzkoa, van a tocar a las puertas de las murallas de las villas suplicando amparo, que les protejan admitiéndolos como vecinos. No para hacerse 'kaletarras', sino que quieren que la autoridad judicial del alcalde, más la protección del rey, máxima autoridad judicial, les tutele frente a los abusos de los jauntxos y propietarios de la tierra, los señores feudales. Y están dispuestos a pagar por ello.
Así, los baserritarras renuncian a un milenio de independencia y de autonomía colectiva. Entran en la ciudad como 'caseros', como vecinos de segunda.
Nace el caserío moderno 
Uno de los factores que propició el surgimiento del caserío moderno hace 500 años fue justamente el apaciguamiento de las guerras de banderizos. Los Reyes Católicos canalizaron la agresividad de los guerreros feudales en la lucha contra los musulmanes. Los labradores no sólo se liberan del yugo de los jauntxos. Instauran además una ley vasca que rompe con el reparto al estilo castellano de la herencia en múltiples legítimas. Esta fórmula iba desmembrando la tierra, reduciendo los caseríos de la baja Edad Media a minifundios económicamente inviables.
En adelante, un hijo heredará el solar indiviso, asumiendo el nombre de la casa y la responsabilidad de dar continuidad al solar y la memoria de la familia. Algo que hasta entonces sólo hacían los jauntxos y señores en sus torres. Los labradores vascos comienzan a hacer lo mismo. Y lo hacen erigiendo una casa en correspondencia con esa honra y acorde en dimensiones y presencia pública al honor y a la responsabilidad asumida.
Se produce una gran eclosión de caseríos. «Pasamos de cero caseríos -antes sólo había cabañas- a finales del siglo XV a cientos de caseríos en una renovación integral del parque edificado de las casas rurales vascas en apenas dos generaciones, en la primera mitad del siglo XVI».
Se inventa el caserío y se inventa en todo su esplendor. Con un montón de variedades, recursos, posibilidades. se inventa perfecto. A partir de ahí se va desgranando en fórmulas más baratas, imitaciones, copias.
Pero el caserío, tan vasco y tan autóctono, se construye con tecnología importada y mano de obra profesional. «Nos inventamos el caserío incorporando los últimos avances tecnológicos de la carpintería estructural gótica europea del momento». Es la tecnología de armar en roble de los maestro suabos del sur de Alemania. De ahí vienen nuestros caseríos. Grandes puzzles de ensamblaje de madera. Una tecnología que los vascos usamos de manera magistral para construir el esqueleto del caserío como una jaula autoportante. «Si prescindiéramos de los muros, el edificio se mantendría perfectamente en pie».
La tecnología de los muros proviene de las catedrales góticas del sur de Francia. Se copia literalmente. «Aún sorprende en muchos caseríos de 500 años lo desmesurado y la gran calidad de muros de 80-100 centímetros para simples cuadras y pajares construidos con sillarejos bien labrados y regularizados».
Quienes construyeron estos magníficos caseríos fueron los jefes de obra vascos que trabajaron y aprendieron con los grandes arquitectos alemanes y franceses que levantaron las grandes catedrales góticas de Castilla y Andalucía. Profesionales bien formados y documentados que dejaron unos planos tan viables, con escalas gráficas y proporcionales, con despieces de la carpintería y de la cantería, que «si se los entregáramos a un técnico actual nos edificaría sin problemas un caserío exactamente igual».
Años. En la actualidad no existe ningún caserío de más de 500-520 años. Hasta entonces sólo hubo cabañas. La paz social, la instauración del mayorazgo y la tecnología de carpintería y cantería importada de Europa propiciaron el florecimiento del caserío m

miércoles, 20 de julio de 2016

El hiperrealismo toma cuerpo en el Bellas Artes de Bilbao




No es exagerado asegurar que era la exposición más esperada de los últimos años. A su evidente interés artístico por ser la primera muestra que se monta en la historia sobre esta corriente artística, 'Escultura hiperrealista. 1973-2016' había ganado interés tras permanecer mes y medio bajo llave por el cierre obligado del museo por la huelga de una de las subcontratas. Solucionado el conflicto laboral, esta mañana se ha inaugurado por fin la muestra, la gran apuesta veraniega del Bellas Artes de Bilbao y que a buen seguro concitará el interés de mucho público.
La muestra presenta 34 espectaculares esculturas que ofrecen una «revisión profunda de la figuración humana a lo largo de los más de cincuenta años de la existencia del hiperrealismo». El visitante se topará con impactantes creaciones, algunas de ellas tan detallistas que suscitan la duda de si en realidad son inmóviles modelos de carne y hueso. Cuerpos, hiperreales claro, con pieles níveas que dejan entrever los pliegues de la piel, las venas que recorren el cuerpo o gotas de agua que salpican el rostro. Imperceptible vello en las piernas y marcas de nacimiento, como ocurre en 'That Girl (T.G. Awake)', de Paul McCarthy –tres esculturas basadas en una misma modelo que posa desnuda sobre asépticas mesas de autopsia–. El reto del espectador es ir más allá de calibrar la calidad superficial de la obra, no quedarse sólo en si el artista ha sido capaz de atrapar hasta el más mínimo detalle, sino tratar de comprender el mensaje y discurso que toda obra esconde tras lo material.

La exposición está dividida en cinco secciones: 'Réplicas humanas', en las que destacan las piezas del propio McCarthy, Duane Hanson y John DeAndrea, tanto de cuerpos desnudos como «personas corrientes en su día a día»; ‘Esculturas monocromas’, menos realistas que las anteriores pero que «enfatiza las cualidades estéticas» del ser humano –destacan piezas de Juan Muñoz y George Segal–; ‘Partes del cuerpo’, en la que se pueden observar obras de Maurizio Cattelan o John Davies y destaca la impactante 'Vuelta al punto de partida', de Peter Land.
La cuarta sección, 'El juego de las dimensiones' incluye una inquietante obra de Ron Mueck, que reproduce el cadáver desnudo de su padre a tamaño reducido, lo que le confiere aún más capacidad de impacto sobre el observador. La muestra concluye con 'Realidades deformadas', en la que se agrupan piezas de Evan Penny o Patricia Piccini, que reflejan cómo los «avances científicos y tecnológicos’ han modificado la forma que tenemos de percibir y comprender la realidad».
La muestra 'Escultura hiperrealista. 1973-2016' permanecerá abierta en el Museo de Bellas Artes hasta el 26 de septiembre, aunque hay opción a que su estancia en Bilbao se prolongue «un poco», como ha adelantado esta mañana el director de la pinacoteca, Javier Viar. Después viajará a Monterrey (México) y Copenhague (Dinamarca).

martes, 19 de julio de 2016

La apuesta de 'Juego de Tronos', "muy buena noticia" para Bilbao y Bizkaia

El Ayuntamiento de Bilbao y la Diputación Foral de Bizkaia han calificado hoy como una "buena noticia" para la ciudad y el Territorio el rodaje en Bermeo de imágenes y secuencias de la séptima temporada de Juego de Tronos, que se estrenará en verano de 2017.
Ambas instituciones consideran que esta decisión pone en valor el potencial y el atractivo de Bilbao y Bizkaia para las producciones audiovisuales, un sector clave en el ámbito de las industrias creativas, con capacidad de crecimiento y un impacto positivo en la actividad económica, el empleo, el turismo y la proyección de marca ciudad y Territorio. 
En este caso concreto, la identidad y singularidad de las inmediaciones de San Juan de Gaztelugatxe han sido las razones principales de la apuesta de la cadena HBO por Bizkaia como escenario de su serie de ficción más emblemática y popular, con millones de fieles en todo el mundo, que esperan con ansiedad los nuevos capítulos de la trama, basada en su origen en la saga literaria "Canción de hielo y fuego". 
La presencia de enclaves de la localidad de Bermeo en "Juego de Tronos" ha sido mantenida en secreto por los productores de HBO hasta que finalmente decidieron desvelar la noticia ayer para evitar filtraciones y especulaciones, teniendo en cuenta que el desembarco de sus equipos en Bilbao y Bizkaia es inminente. 
Aval a "Bilbao-Bizkaia Film Commission" 
El Ayuntamiento de Bilbao y la Diputación Foral de Bizkaia consideran que la decisión de la cadena HBO constituye un aval a la labor que lleva a cabo "Bilbao Bizkaia Film Commission" en la atracción y gestión de producciones audiovisuales. 
Este servicio, impulsado por las dos instituciones, se constituyó en febrero de 2015 como una apuesta estratégica de la ciudad y el Territorio para consolidarse como destino en el ámbito de la industria de los rodajes, garantizando para ello a sus promotores compromiso institucional, seguridad jurídica, confianza en la gestión y atención personalizada. 
"Bilbao Bizkaia Film Commission" actúa como una "ventanilla única" para proyectos locales, estatales e internacionales interesados en rodar en Bilbao y Bizkaia.

Bilbao, capital de la astronomía





Bilbao, cuyos vecinos gustan de presumir de vivir en la «capital del mundo», es también, desde hoy, la capital de la astronomía: hasta el próximo viernes acoge la XII reunión científica de la Sociedad Española de Astronomía (SEA), un foro bianual que atrae a más de 350 profesionales, tanto españoles como extranjeros. Una afluencia, unida al peso de los ponentes, que da una medida de la importancia de la cita. Bilbao tiende la mirada al firmamento, a las estrellas y más allá.
«Es un lugar de encuentro importante, una semana muy intensa, con más de 200 conferencias», apunta Javier Gorgas, presidente de SEA, en charla telefónica con ABC antes de poner rumbo a Bilbao, donde el edificio Bizkaia Aretoa de la UPV ha sido elegido como sede del cónclave. Los últimos avances y los retos de futuro articularán un abanico de temas que abarcan desde la cosmología y las ondas gravitacionales a la exploración del Sistema Solar, sin olvidar el desarrollo de los observatorios espaciales y terrestres.
Proyectos con una importante participación española. Algunos en marcha, otros previstos para el futuro. Para abrir boca, «el primer día habrá una celebración de los 10 años de la pertenencia de España a la ESO, el Observatorio Europeo Austral», detalla Gorgas. «Contamos con el director general de ESO (Tim de Zeeuw), que dará una conferencia. Será un repaso de los éxitos y logros de la astronomía española usando los telescopios europeos».

Juno, Rosetta, Gaia...

Nombres propios en las ponencias serán el James Webb Space Telescope, sucesor del Hubble; el Square Kilometre Array, el radiotelescopio más sensible jamás construido; la misión Gaia, que en septiembre divulgará sus primeros resultados; el futuro Telescopio Solar Europeo; las observaciones de Rosetta… Y, por supuesto, Juno, la misión de la NASA que recientemente entró en órbita alrededor de Júpiter y es el tema candente. «Tenemos a uno de los investigadores principales, que es Glenn Norton, y nos contará las últimas noticias calientes que está teniendo la misión. No sé si nos podrá dar ya primeros datos científicos de lo que está midiendo porque es todo muy reciente. Tendremos desde luego información de primerísima mano», se felicita el presidente de SEA.
Con Brasil como país invitado, la reunión de la Sociedad Española de Astronomía es también una buena ocasión para medir la salud de esta rama de la ciencia. ¿Aún sueñan los más pequeños con surcar el espacio? «En una encuesta de hace 2 o 3 años se preguntaba a los niños qué querían ser de mayores y todavía muchos decían que querían ser astronautas», comenta Gorgas. 
«A nivel de educación, primaria es donde está la principal dificultad, la ciencia se introduce muy poquito», amplía. «En secundaria había una asignatura optativa de astronomía en algunas comunidades autónomas, pero que creo que casi no la hay. Es una pena. La astronomía es una forma de captar a los chavales para la ciencia en general. Porque es algo que llega».

Ritmo acelerado

¿Y cómo se le explica a un profano que no se haya colonizado todavía la Luna? «Se sigue investigando mucho, pero las misiones tripuladas son muy caras y muy difíciles», replica Gorgas. «La astronomía está avanzando a un ritmo cada vez más acelerado, proporcionando nuevas ventanas, pero también encontrando muchas cosas», defiende. «Se sabe muchísimo más del universo de lo que la gente media de la calle se piensa. Sabemos la edad del universo, la edad de la Tierra, cómo se formó, cómo está evolucionando, cuando va a morir el Sol. Hace 20 años el único sistema solar que conocíamos en el universo era el nuestro. Ahora ya hay más de 3.000 planetas conocidos alrededor de otras estrellas».
Y la gran pregunta: ¿habrá vida en esos planetas? Si la hay, descubrirlo está en manos de expertos como los que esta semana ponen en común sus conocimientos en Bilbao. 

lunes, 18 de julio de 2016

Mundaka Festival












El Patronato del Bellas Artes de Bilbao se implica en el conflicto laboral

La implicación de la dirección del Museo, propiedad de las instituciones públicas Ayuntamiento de Bilbao, Diputación de Bizkaia y Gobierno vasco, en la mesa de negociación de este conflicto era una de las exigencias reclamada tanto por los trabajadores como por la empresa, para poder poner fin a la huelga indefinida que mantienen estos empleados desde el pasado 7 de junio. 
La entrada en escena del Patronato en el conflicto se produjo el pasado jueves, a través del director de Trabajo del Gobierno vasco, Xabier Losantos Omar, quien comenzó reuniéndose, por separado, con los representantes sindicales de los huelguistas. 
En varias reuniones ese jueves y al día siguiente, ambas partes avanzaron en la negociación de las reivindicaciones salariales y laborales de los empleados, que demandan una subida progresiva de sus sueldos entre 2016 y 2018, hasta alcanzar la cifra de 1.200 euros netos mensuales para la jornada de 40 horas semanales por 14 pagas anuales. 
Para alcanzar esta cifra en 2018, año en que deberá volver a sacarse a concurso la adjudicación de estos servicios de atención al público, era necesario que el Patronato se comprometiese a elevar la cantidad que se destina a ese contrato para que la adjudicataria pueda afrontar dicha subida salarial, han recordado a EFE fuentes sindicales. 
Las mismas fuentes han rebajado el optimismo que los avances habidos en dichas reuniones ha producido entre los miembros del Patronato del Museo sobre una pronta resolución de la huelga ya que, han precisado, "ni se cerró ningún acuerdo ni nos comprometidos a aceptar nada". 
Han advertido, además, de que cualquier acuerdo que se adopte en la mesa de negociación deberá ser refrendado por la asamblea de los trabajadores para poder poner fin a la huelga indefinida. 
Han negado, también que hoy vayan a tener ninguna nueva reunión con el representante del Patronato ni que se vaya a poner fin pronto a la huelga, ya que queda por negociar las subidas salariales para 2016 y 2017, algo que no está en manos de la dirección del Museo, sino de la empresa para la que trabajan actualmente, Manpower Group. 
Fuentes de esta empresa han declinado dar precisiones sobre el estado actual de las negociaciones y se han limitado a señalar que siguen negociando las condiciones laborales y salariales de sus 34 empleados del Museo bilbaíno. 
Los representantes de los trabajadores les entregaron la semana pasada una contraoferta de convenio colectivo en la que proponían subidas escalonadas a lo largo de este año, el próximo y 2018, que serían del 40 % de la diferencia entre lo que cobran actualmente y los 1.200 euros reclamados para 2016 y otro 40% para 2017, y el 20 % restante, en 2018. 
Las fuentes sindicales advirtieron entonces de que esta cifra es "el mínimo que consideramos un sueldo decente, por lo que no se va a mover". 
La huelga de los empleados de asistencia al público del Museo de Bellas Artes está generando un gran perjuicio económico a la pinacoteca bilbaína ya que la exposición principal del verano, dedicada a la escultura hiperrealista, ya montada en sus salas y sin estrenar, sigue sin poder ser vista por el público. 
Sin embargo, su montaje, el traslado de las piezas y su aseguramiento ya ha generado unos gastos que la pinacoteca no esta pudiendo compensar al no poder abrirla al público, han recordado las fuentes sindicales. 

domingo, 17 de julio de 2016

En cuarentena el Bellas Artes de Bilbao

El pasado 7 de junio el Museo de Bellas Artes de Bilbao echó el cierre, del que hoy se cumplen 40 días. Un cierre forzoso, motivado por la huelga indefinida convocada por los 34 trabajadores de una subcontrata que se declaraban hartos. «Tenemos unos salarios ínfimos, miserables, y unas condiciones muy precarias», explicaba el día 8 a ABC Juan José Capetillo, delegado sindical de ELA, quien cifraba en «una media de poco más de 5 euros la hora» unos sueldos congelados, además, desde hace más de tres años. Solo él trabaja a jornada completa.
Desde entonces, con el museo «en cuarentena», los trabajadores se lanzaron a visibilizar su situación. «Hemos hecho una huelga muy peculiar, porque le hemos dado un toque creativo», explicaba ayer Capetilo a este diario. «Hemos tenido un día una movilización circense, y hemos recreado un circo por todo Bilbao. Ha habido otro día, el de la Noche Blanca, que hemos recreado la Noche Negra y hemos hecho un entierro de la precariedad con un ataúd. Hemos hecho un museo viviente frente a las puertas de nuestro trabajo, un museo hiperrealista para mostrar a la ciudadanía la precariedad en la que vivimos. Y el jueves pasado, en las puertas del museo, hemos recreado un día de playa con un chiringo, un puesto de vendedor de helados, con las tumbonas, sombrillas, carpas, flotadores, de todo».
Sin embargo, matiza, «a pesar de que hemos hecho unas movilizaciones muy creativas y hasta divertidas, esta no es una situación agradable para los trabajadores ni muchísimo menos. Cuando los trabajadores toman esta decisión es porque llevábamos muchísimo tiempo con unos sueldos que eran muy, muy miserables, muy precarios. Más de tres años con los sueldos congelados», recuerda. «Los trabajadores queremos ir a trabajar pero en unas condiciones decentes, dignas», argumenta.
Movilización ante el museo
Movilización ante el museo- FACEBOOK
Este diario se puso en contacto con la dirección del museo cuando arrancó la huelga. Declinaron pronunciarse para no interferir en las negociaciones. Negociaciones que en las últimas fechas han cobrado un impulso que hace vislumbrar a los trabajadores un rayo de esperanza. Y permite pensar en una reapertura del museo a corto o medio plazo. «Ha habido dos reuniones bastante importantes y en este momento nos encontramos en un estado muy avanzado de negociación. A día de hoy, y hace 48 días no hubiera podido decir esto, hay posibilidad de un acuerdo. Lo que pasa es que faltan por limar ciertos flecos que quedan ahí, secundarios pero que son también importantes».
Dichas reuniones, de las que no puede ofrecer detalles, se han producido «con un mandatario verbal del Patronato del museo». Patronato que componen Gobierno vasco, Diputación Foral de Vizcaya y Ayuntamiento de Bilbao. «Han sido dos rueniones muy, muy intensas, estoy hablando de muchas horas de reunión. Hemos avanzado mucho. Por primera vez nos encontarmos en una situación tan adelantada en meses», insiste Capetillo. Quien en cualquier caso, pese a declararse «optimista», advierte: «La huelga continúa, seguimos en huelga. De momento hay que limar todas las aristas y dejar el tema muy pulido. No es una bobada, va a quedar para tiempo y esto influye a 30 y tantos trabajadores y sus familias. Esto hay que dejarlo muy atado».

Primera vez que cierra

Cuando comenzaron los paros, Capetillo explicaba a este diario que, sin los trabajadores de la subcontrata, «es imposible» que el Museo de Bellas Artes pueda abrir sus puertas, como así ha ocurrido. «Somos la cara al público, somos los que atendemos a los visitantes y controlamos las obras, somos los que estamos en taquilla, en tienda, somos los guías y educadores, somos los auxiilaires de salas. Sin nosotros es muy dificil abrir el museo», explicaba.
Tanto, que ha sido inviable, lo que ha deparado una situación insólita: «Este museo no se ha cerrado nunca por nada. Recuerdo que hubo un vendaval hace años en Bilbao que arrancó árboles y tiró semáforos y nosotros estábamos trabajando dentro».
Los trabajadores no querían llegar a este punto, relata, pero «llega un momento en que la cosa explota». Insiste en que la situación se remonta a muchos meses antes del «toque de atención» que dieron el 16 de mayo, cuando convocaron un único día de huelga a modo de «preaviso». «Yo había tenido muchas reuniones con la empresa y por activa y por pasiva había intentado de todo». Aquel primer paro no surtió efecto. «A veces no escuchamos las llamadas de atención o no las vemos venir». Todo desembocó en la huelga indefinida.
¿Por qué se prolonga ya el conflicto 40 días, y contando? «Es una situación muy complicada, porque hay una subcontrata de por medio, pero evidentemente los responsables directos son las instituciones públicas, que son las que contratan a la subcontrata», contextualiza Capetillo. «Que todo el mundo hable con la misma tonada y con el mismo tempo para el baile es muy complicado. Ahora nos hemos puesto todos a bailar todos al mismo tempo», celebra.