martes, 8 de diciembre de 2015

Los perros de Bilbao se van de pintxos





Los bilbainos ya pueden decir literalmente que «hasta los perros se van de pintxos en Bilbao». Y no es que hayan evolucionado como si del Planeta de los Simios se tratase hasta alcanzar ese grado de sofisticación de la vida moderna. Esta vez han sido los humanos quienes han ayudado a los cánidos a dar este paso. En concreto dos chicas: Giovanna y Adriana Rentería. Estas dos hermanas se confiesan amantes de los animales y decidieron abrir hace un mes un local en el Casco Viejo de la capital vizcaína llamado Belfos y Trufas. En él los perros pueden degustar desde pintxos y cerveza, pasando por pizza, palomitas, pasteles y hasta perritos calientes, y esta vez no es algo literal, afortunadamente.
Eso sí, como explican las dos hermanas, esta no es comida normal, sino que ha sido especialmente preparada para el consumo de estas mascotas. Por ejemplo, la cerveza se trata en realidad de un caldo enriquecido con vitaminas y comercializado por una empresa belga. Otra de las degustaciones del local, elaboradas por una pastelería madrileña, son los muffins, la versión moderna de las antiguas magdalenas, los donuts y los navideños roscones de reyes, especialmente fabricados para ellos, libres de azúcares, lactosa y chocolate, que podría no sentarles del todo bien. Belfos y Trufas no se limita sólo a productos gastronómicos, también dispone de una amplia variedad de prendas y complementos para el mejor amigo del hombre. Correas, jerseys o chubasqueros son algunos de estos productos a la venta para que las mascotas no pasen frío durante este invierno. 
El bar lleva ya un mes abierto en la calle Cinturería del Casco Viejo y parece que triunfa entre los dueños de mascotas, incluso confiesan que ya hay habituales. Ellos también pueden disfrutar del local con bebidas para humanos, como un cafecito, mientras los animales corretean y juegan entre ellos en una pequeña estancia llena de pelotas de plástico y un castillito de tela. Una especie de perri-park delimitado por verjas blancas de madera. La única norma es que las peleas están prohibidas, para todo lo demás, los animales pueden hacer lo que quieran. Eso sí, lo que no es aconsejable es llevar gatos. 
Dado el éxito del local, las dueñas se preparan para apostar por nuevas ideas, como un menú del día canino o un perri-pote el domingo, donde tanto dueños como animales pueden disfrutar de la gastronomía vasca juntos. Finalmente el local está abierto a servicios de guardería, fiestas de cumpleaños para perros y sus amigos y hasta celebraciones del día en el que fueron adoptados. 
Quién sabe qué nuevas propuestas encontraremos en un futuro próximo. ¿Un restaurante mexicano para chihuahuas? ¿Cabalgatas de reyes con perros tirando huesos de caramelo? El progreso nunca dejará de sorprender. Ojo no acabe todo esto con Charlton Heston en una playa arrodillado frente a una estatua de la libertad y un grupo de perros persiguiéndole a caballo.

lunes, 7 de diciembre de 2015

Miles de personas en la marcha por la independencia en Bilbao







"Vamos a meter gol al Estado español demostrándole que hay fuerza y determinación suficiente en este pueblo para llevar adelante nuestros derechos y la soberanía que nos corresponde", ha afirmado el presidente de Sortu y portavoz de EH Bildu, Hasier Arraiz, al inicio del acto, en el que la coalición independentista ha centrado hoy su jornada electoral. 
Arraiz ha portado la pancarta de cabeza de la manifestación, con el lema "Bildu independentziara" (Súmate a la independencia), junto a otros dirigentes de los partidos que componen la coalición, como Pello Urizar (EA), Rebeka Ubera (Aralar) y Oskar Matute (Alternatiba), y candidatos electorales como Sabino Cuadra, Onintza Enbeitia, Marian Beitialarrangoitia y Pablo Gorostiaga. 
En referencia a la Constitución, y en declaraciones a los periodistas, Arraiz ha afirmado que "hace 40 años" se dijo que se presentaba "la gran oportunidad para el cambio democrático en el Estado español", pero "no fue cierto", sino "única y exclusivamente una reforma del régimen franquista que no reconoció a Euskal Herria como nación". 
"Ahora nos plantean solo una reforma constitucional, de aquella Constitución que escribieron para atar y amordazar al pueblo vasco, y les decimos que hoy la volvemos a rechazar y emprendemos nuestro propio camino", ha agregado. 
La manifestación ha partido pasadas las 12 del mediodía de la plaza Moyúa, integrada por miles de personas, muchas de las cuales portaban banderas de EH Bildu de colores rojo, verde y morado, y también se apreciaba alguna estelada catalana y una enseña de Galicia. 
Precedidos por dos furgonetas con megafonía, desde las que se lanzaban consignas y cánticos, los participantes en la marcha han recorrido la Gran Vía bilbaína coreando eslóganes a favor de la independencia y en contra de la Constitución. 
En la parte media de la manifestación caminaban otros dirigentes históricos de la izquierda abertzale, como Pernando Barrena, Rufi Etxeberia y Joseba Permach. 
El acto ha concluido en la plaza del Arriaga, donde el primer candidato de EH Bildu al Congreso por Navarra, Sabino Cuadra, ha afirmado que la Constitución y la transición española fueron una "imposición y un fraude". 
Cuadra ha apostado por "soltar amarras" con el Estado español, al que, ha dicho, "la corrupción lo atraviesa por todos lados y la termita franquista tiene comidos sus vigas maestras y cimientos". 
El candidato ha dicho que "el derecho a decidir pasa por Euskal Herria, Catalunya o Galicia, no por Madrid". 
Ha agregado que el "derecho a decidir" no es "ni un premio, ni un regalo" y ha asegurado que, "en caso de no ser reconocido", EH Bildu lo pondrá "en práctica" mediante "la desobediencia civil e institucional". 
Ha hecho un llamamiento a "sumar cientos de miles de votos en torno a EH Bildu" el próximo 20D para "abrir un camino a la libertad y la independencia". 
Garazi Mugertza, juntera de EHBildu en Gipuzkoa, ha destacado que "la juventud vasca no celebra ni celebrara una Constitución impuesta y profundamente antidemocrática".

domingo, 6 de diciembre de 2015

Guggenheim Bilbao brilla en su mayoría de edad



«Nos gustaría, lo que pasa es que el Athletic tiene más de un siglo de existencia», responde sonriente a ABC Juan Ignacio Vidarte, director general del Museo Guggenheim Bilbao, cuando le preguntamos si el centro, que recientemente sopló 18 velas y alcanzó la mayoría de edad, es ya a la cultura lo que el Athletic Club al fútbol. «Me gustaría que dentro de un siglo el museo siga teniendo esa salud y siga aportando desde su parcela lo que el Athletic ha aportado a esta ciudad».
Que ambos se han convertido en iconos bilbaínos ha quedado, en todo caso, fuera de cuestión. «Que se haya logrado en período tan corto es un motivo de satisfacción y de orgullo. También de responsabilidad», admite Vidarte. «El público de Bilbao siente el museo como suyo, participa muy activamente, y eso para nosotros es fundamental. No somos alguien que ha caído del espacio», secunda la conservadora Lucía Aguirre.
Pero la trascendencia del museo va mucho más allá de los límites de Bilbao, Vizcaya y España. «Se ha consolidado como una institución cultural de referencia en el mundo», indica Vidarte. «Atrae todos los años más de un millón de visitantes, de los cuales más de dos tercios son extranjeros. Y eso es fundamentalmente gracias a que el museo ha diseñado una programación de calidad, que era su objetivo. Una programación no basada en la geografía, sino basada en la calidad y dirigida a una audiencia internacional, sin restricciones».

Visión innovadora

Inaugurado el 18 de octubre de 1997 por Don Juan Carlos, con el flamante diseño del arquitecto Frank Ghery, los cimientos de Guggenheim Bilbao, como recuerda su director general, se pusieron mucho antes, hace ahora un cuarto de siglo: «Un proyecto que en aquel momento era ambicioso, con una visión muy innovadora de lo que una institución cultural podía aportar a un proceso de transformación como el que estaba viviendo la ciudad de Bilbao».
En el momento de la inauguración, subraya Vidarte, «ya estaban puestos los mimbres, estaba construido el edificio, teníamos puestas las bases de lo que iban a ser las directrices de funcionamiento». Restaba lo más importante, aplicar esas directrices, «creando un nivel de programación de calidad que atrajera a un volumen de visitantes importante, que tuviera una repercusión internacional fuerte, que supusiera aportar algo que no existía en la escena museísitica no solo de Bilbao, sino de España en su conjunto».
¿Cómo se logró? «Creando una colección paulatinamente a lo largo de estos años. Y también poniendo en marcha una estructura de funcionamiento y un modelo operativo innovador, con una combinación de apoyo público con presencia privada, a través de la Fundación que se creó en aquel momento». Una combinación que permite a Guggenheim Bilbao ser líder entre las instituciones culturales europeas en nivel de autofinanciación, situado en torno al 64%. El resto procede de aportaciones públicas.
El museo cuenta con 113 miembros corporativos: 4 patronos estratégicos y 21 patronos, 13 empresas benefactoras, 19 medios de comunicación benefactores y 56 empresas asociadas. En paralelo, resulta clave la figura de los Amigos del Museo, colectivo compuesto por 16.749 personas, según los últimos datos, que contribuyen con sus donaciones. Cada año obtiene, de media, 30 millones de euros en impacto publicitario, y su efecto en la economía es palpable: en 2014 generó un gasto directo de 336,8 millones de euros; aportó al PIB 297 millones y a las Haciendas Públicas vascas unos ingresos adicionales de 45,7 millones; a lo que hay que sumar los 6.375 empleos a los que contribuye con su actividad.

Referente expositivo

Por encima de las frías cifras se encuentra el estatus alcanzado por el centro. «Cuando empezamos partíamos de la órbita Guggenheim, que siempre es importante, pero estos 18 años nos han servido para convertirnos en un referente a nivel expositivo. Las 130 obras que hoy forman parte de nuestra colección, y nuestras exposiciones y programa, han hecho que seamos un referente en toda Europa», afirma Aguirre en charla con este diario. «Trabajamos con instituciones como el Pompidou, la Tate, hemos trabajado con el Whitney, aparte del Guggenheim de Nueva York. Estamos en el circuito de los grandes museos de arte contemporáneo y moderno», amplía.
El centro viene de inaugurar las obras maestras de su colección y de crear una nueva política de programación, que plantea «un recorrido que, partiendo de la tercera planta, llega a la primera siguiendo un recorrido casi cronológico», de las obras maestras y de preguerra a los «fragmentos de contemporaneidad», pasando por las grandes exposiciones temporales.
En el museo tienen claro que la posición de referencia que actualmente ocupan obedece a un planteamiento ambicioso. «Es una condición “sine qua non”. Si los objetivos no son ambiciosos los resultados muy difícilmente lo van a ser. Hay veces en que un precipicio no se salta a base de saltos cortos, hay que saltarlo de una vez. Que la ambición tuviera esa dimensión ponía las cosas complicadas, lo hacía arriesgado, pero también es lo que ha hecho que podamos haber alcanzado esos objetivos», confirma Vidarte.

Mantener el riesgo

La clave, ahora, pasa por no estancarse. «Es parte de nuestro ADN, siempre mirando hacia delante y buscando nuevas vías, nuevos lenguajes. Innovar es parte de lo que somos. Si una institución que tiene 18 años se convierte en una institución cerrada, anquilosada... es tremendo», reconoce Aguirre.
«Para poder garantizar que dentro de 25 años siga teniendo la misma relevancia es imprescindible que siga manteniendo su espíritu de apertura, de riesgo, de innovación», apunta Vidarte. «La exigencia de los visitantes de un museo y las necesidades y lo que buscan en su experiencia hoy no es lo mismo que lo que buscaban hace 20 años. Es el reto del museo: ser capaz de adelantarse para ir satisfaciendo lo mejor posible esas exigencias».