lunes, 3 de julio de 2017

El Guggenheim recuerda la historia de Bilbao con una exposición fotográfica al aire libre junto a la Ría





Lejos queda ya el Bilbao oscuro y gris que describía Azorín a su paso por la villa. Los días en que la ceniza que desprendían las chimeneas cubrían las calles y las convertía en paisajes más propios de una novela de Carlos Ruiz Zafón, difíciles de imaginar para cualquiera que las recorra hoy pero que muchos recuerdan con nostalgia. Una ciudad que ha ido creciendo y transformándose con la ría siempre como testigo, primero de los barcos que atracaban en sus márgenes durante la época industrial; y ahora, con los turistas como fondo tratando de capturar la mejor perspectiva del edificio que hace veinte años puso a Bilbao en los mapas de todo el mundo: el Museo Guggenheim.
Con el objetivo de ayudar a visualizar y recordar el pasado industrial y post industrial, y dentro del marco del XX aniversario del Museo, su director general, Juan Ignacio Vidarte, ha presentado hoy una serie de paneles fotográficos que ilustran los importantes cambios ocurridos en el paisaje bilbaino que permiten realizar, a los viandantes que paseen por su orilla, un recorrido cronológico visual entre finales del siglo XIX y la actualidad. "Un cambio que tiene muchas dimensiones social, cultural, ciudadana, económica pero también física y urbanísticamente", ha admitido Vidarte. Un reflejo del cambio en la ciudad que han "querido acercar a los ciudadanos y visitantes con este conjunto de fotografías" que se mantendrán expuestas hasta el próximo mes de septiembre.
Bajo el lema "el arte lo cambia todo" esta serie de 21 fotografías, expuestas en paneles de 4 metros de largo por 1,35 metros de alto, es el resultado del trabajo de documentación llevado a cabo en los fondos fotográficos del Archivo Municipal de Bilbao, el Museo Vasco, la Autoridad Portuaria de Bilbao y los fotógrafos locales Mikel Alonso y Fede Merino. Éstas, aparecen expuestas junto a sus réplicas tomadas en la actualidad desde los mismos enclaves y con la misma perspectiva para facilitar el trabajo comparativo a aquellos que las miran.
Uno de los artistas que ha cedido su foto, Fede Merino, ha estado presente en la hoy en la inauguración de la exposición. Una fotografía enmarcada dentro de la crónica que hizo -entre los años 1972 y 1983-, sobre la entonces "Bilbao de Acero", como el propio artista se ha referido a aquella época, en la que siguiendo una propuesta que le planteó Julio Caro Baroja, el sobrino de Pío Baroja, quiso "poner en el foco la vida cotidiana de las personas de una ciudad en blanco y negro".

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