miércoles, 10 de mayo de 2017

El Bellas Artes Bilbao exhibe dos innovadores retratos del Greco del siglo XVII



 Los cuadros han sido cedidos para la ocasión por el Museo de El Greco de Toledo, la capital castellana donde el artista renacentista realizó toda su producción artística, gracias al patrocinio de la Fundación Banco Santander que, desde 2004, sustenta económicamente dicho programa del Bellas Artes. 
Con esta cesión, según ha explicado en la presentación el director del Bellas Artes de Bilbao, Miguel Zugaza, el Museo del Greco de Toledo se incorpora a las instituciones museísticas que colaboran con la pinacoteca bilbaina. 
El director del museo toledano, Juan Antonio García, ha señalado que con los retratos de los hermanos Antonio y Diego de Covarrubias, representantes ambos del rey Felipe II en el Concilio de Trento, el Greco se aparta de la línea "académica" del genero imperante en su época. El artista de origen griego incorpora a sus obras del género del retrato las técnicas procedentes de la escuela veneciana, principalmente de Tiziano y de Tintoretto, que tienen como objetivo la captación de la personalidad del retratado por encima de todo lo demás. 
Para ello, utiliza fondos neutros, en color oscuro, que permiten evitar la distracción del espectador y resaltar la figura del retratado, generalmente de medio cuerpo y de perfil, en el que destaca, sobre todo, la cara, en donde intentaba reflejar la personalidad del personaje. 
Esta es una línea de trabajo que, en ese momento, comienza a abrirse en el género retratístico europeo y que supone una innovación y modernización frente a lo que en ese momento hacen otros pintores toledanos y de la Corte de Felipe II, coetáneos del Greco, ha agregado Juan Antonio García. 
El director del Bellas Artes de Bilbao, Miguel Zugaza, por su parte, ha indicado que en la exposición de estas dos obras en la pinacoteca bilbaina se ha querido enfatizar esta innovación del retrato del Greco, con su exhibición en la sala donde se muestran habitualmente los retratos cortesanos del siglo XVI y principios del XVII. 
Con ello, a juicio de Zugaza, "se puede apreciar de una forma muy especial ese cambio formal e iconográfico que supusieron los retratos del Greco", al contrastar los coloridos retratos de otros autores con los bicromáticos del Greco que recuerdan a las fotografías en blanco y negro.
Ambas pinturas están realizadas en torno al año 1600 y fueron copias de un original realizado por Sánchez Coello, el pintor de cámara de Felipe II que retrató a ambos dignatarios toledanos que representaron al rey de España en el decisivo concilio de Trento en el que la Iglesia Católica modernizó su doctrina para hacer frente al protestantismo impulsado por Lutero. 
Ambas piezas podrán verse en la parte dedicada al arte clásico del museo bilbaino hasta el próximo 17 de octubre.

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