Las tascas vintage más cool de Bilbao

Saloncito del Bihotz, Bo.

Lo de renovarse o morir pasó de moda. Ahora toca revivir sensaciones, rendirse a los recuerdos o buscar cobijo en lugares que hacen sentir como en casa. Se llevan los bares que cuentan una historia, que combinan lo moderno con lo antiguo para transmitir experiencias. La bicicleta que recuerda los veranos en el pueblo o la vajilla y el mantel que usaba la abuela en el caserío ya no son solo piezas esenciales en nuestra memoria sino elementos decorativos que hacen únicos a estos locales de la villa. Dicen sus propietarios que pasamos tanto tiempo fuera de casa que necesitamos volver al hogar, que la cabra tira al monte o que lo vintage está a la última. El secreto de su éxito quizá resida en que en un mundo de precocinados, prefabricados y preocupaciones se echa en falta un poco de autenticidad. Estos cinco bares bilbaínos han abierto las puertas a la nostalgia:

Bihotz, Bo. Un saloncito muy acogedor en Bilbao La Vieja

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A finales de diciembre, abrió en Bilbao La Vieja un nuevo bar en el que sus propietarios, Pedro y Cristina, han puesto mucho corazón. Lo dice el nombre del local ('Bihotz') y lo trasmiten con cada detalle. La decoración nórdica y los muebles vintage crean un ambiente íntimo y acogedor. La estancia la preside una bicicleta de competición de principios de los noventa que cuelga de la pared y que comparte espacio con una nevera de los años sesenta o un mueble rescatado de un taller francés de reparación de coches. "Cada vez pasamos más tiempo fuera y buscamos sitios personales que nos hagan sentir como en casa", explica Cristina. Estupenda su selección de cervezas artesanas internacionales (Bombardier, Samuel Smith...) y muy rico el café, de distintas variedades cada semana (Brasil, Uganda, El Salvador...) Lo sirve con mucho mimo Pedro, que es barista. ¿Y qué hay para picar? Una larga lista de sandwiches con pan de verdad y tartas caseras de zarahoria, coco o cheescake. También recomiendan el hummus, hecho al momento y acompañado de pan turco.
Dirección: Calle Arechaga 6, Bilbao La Vieja Horario: Lunes a viernes de 15.00 h a 22.00 h, sábados de 11.00 h a 24.00 h y domingo 11.00 h a 20.00 h.
Foto: Héctor Amorrosta

Marzana 16, la tasca del abuelo

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Una fotografía en blanco y negro sobre una antigua nevera es lo primero que llama la atención al entrar en Marzana 16. "Son mis abuelos con mi aita", cuenta Carlos Macias sobre los protagonistas de la instantánea, que hace de este lugar una tasca con alma. "La fundó mi abuelo en 1954 y la he dejado como estaba, ¡quién soy yo para tocarla!", explica el actual propietario. Una barra alta de madera para "beber al estilo vasco, de pie y acodado", los azulejos de entonces y espejos con marquetería antigua son la seña de identidad del local. Sin desmerecer su terraza sobre la ría, con espectaculares vistas al Mercado de la Ribera y el Casco Viejo. Eso sí, entrados en faena culinaria se ponen modernos. Triunfan allí sus bocatas de lomo con manzana o el de paté de aceitunas. También tienen éxito sus hamburguesas caseras o burritos con cuscús.
Dirección: Martzana Kalea, 16. Horario: De lunes a jueves de 17.00 h a 23.00 h, viernes de 17.00 horas a 01.00 horas, sábado de 13.00 horas a 01.00 horas y el domingo de 13.00 horas hasta las 23.00 horas.

Cinnamon, laboratorio cafetero frente al Antzoki

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Julio De Vena y Verónica Garbajosa son una pareja de madrileños que desembarcaron en septiembre en Bilbao con la intención de cumplir un sueño: montar un bar muy especial. Hace dos meses que lo inauguraron frente al Kafe Antzokia y le sobran razones para triunfar. Julio es barista y sabe ensalzar el sabor del café que encarga a un pequeño tostador de Barcelona. También es especialista "en tirar cañas". Trabaja con algunas cervezas artesanas como Er Boquerón (con agua de mar), Black Bitch o La Socarrada (con romero y miel). Los golosos se relamen con las deliciosas y originales tartas caseras. Sorprende la que está hecha con cerveza Guinnes y chocolate. Y a los más salados les tientan las ensaladas o sandwiches con pan artesano de espinacas, de tinta de calamar o de maiz. Los antiguos muebles de la abuela son tendencia en Cinnamon, donde combinan con gusto artículos decorativos de décadas atrás. "Hay un espejo de mi familia que tiene por lo menos 80 años, una mesa hecha por un herrero y una bicicleta Orbea de cuando yo era pequeño", detalla Julio. La mayor parte del mobiliario lo ha comprado en el rastro de Madrid.
Dirección: Calle San Vicente 3. Horario: De 08.00 horas a 21.30 horas. Sábados hasta las 23.00 horas. Cerrado domingos y lunes a la tarde.
Foto: Héctor Amorrosta

Galipó, como las tascas de toda la vida

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Cuatro viejos amigos que se conocieron en la Escuela de Hostelería de Galdakao han montado en el Muelle de Ripa una tasca de toda la vida que parece un museo de piezas antiguas. Viejos azulejos, paredes desconchadas, una barra de mármol y la puerta de la cocina agujereada a propósito crean un ambiente acogedor en el que se ha cuidado hasta el más mínimo detalle. "Hemos ido a muchos mercadillos y traído cosillas de casa. Han sido varios meses dándole vueltas a la cabeza, no ha habido interioristas, todo lo hemos hecho nosotros", explica Joseba Otxoa, uno de los dueños. Es imposible abarcarlo todo en un simple vistazo. Pero si cerramos los ojos, podemos oler sabores tradicionales. En una de las esquinas de su mostrador se acumula materia prima de categoría. Cuelgan chorizos y cecinas, descansan productos de temporada (revuelto de hongos, pimientos de Gernika, cebollas...) y se amontonan quesos y latas de conservas. No hay que perderse las raciones que proponen, como no, en las tradicionales pizarras. Dirección: Erripa Kalea 5. Horario: Lunes a miércoles de 16.30 h a 23.00 h, jueves, viernes y sábados hasta las 2.30 h. Domingos cerrado

Okapi, mezcla de experiencias en el Casco Viejo

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Fue tienda de electrodomésticos, centro de masajes y hasta Sex Shop antes que bar. Hoy Okapi es un café obrador en el que se pueden intercambiar libros, hacer un curso de repostería, disfrutar de un concierto o merendar unas croquetas recién hechas. "La idea era crear un sitio muy personal que no dejase indiferente a nadie y que abarcase el máximo número de cosas distintas en un mismo espacio", explica Agustín Sanz, formado en la Escuela de Hostelería de Galdakao y que regenta desde hace diez meses este local de Belosticalle. Triunfa aquí su plato del día para llevar en recipientes termosellados por 3,50 euros (un euro más caro si se come allí mismo). "Es comida 100% casera, nada de precocinados ni preelaborados y tenemos bastantes opciones vegetarianas o veganas", cuenta. Irresistibles sus postres caseros: natillas de vainilla, mousse de limón, cuajada de oveja, trufas de chocolate... Pero también merece la pena desviar la mirada del plato para contemplar la estrella masónica que se extiende bajo nuestros pies. "Lleva aquí al menos desde 1963, nos lo contó una antigua trabajadora de la tienda de electrodomésticos a la que le tocaba encerarla todos los días", cuenta Agustín. También destaca el mobiliario reutilizado y de segunda mano. "Las sillas las he restaurado yo con la ayuda de mi madre", presume orgulloso. Los peques solo se fijan en la pizarra y los juguetes dispuestos para ellos en una pequeña zona infantil. Para los mayores, wifi gratuito, una coqueta terraza y aparcamiento para bicis.
Dirección: Calle Belosticalle 26, Casco Viejo. Horario: De lunes a jueves de 10.30 h a 22.00 h. De viernes a sábado, de 11.00 a 23.30 h. Domingo, de 11.00 h a 18.00