domingo, 15 de junio de 2014

Una noche bilbaína para todos los colores



Hay veces que cumplir años no sienta nada bien, y se suele aplicar esa máxima de que a uno no le gusta nada celebrarlos conforme se va acercando a la vejez. Puede que Bilbao sea la excepción que confirma la regla, porque a una villa nunca le sentó tan bien soplar velas, pasen los días que pasen y para consagrar la madurez de una ciudad que hoy brilla en todo su esplendor. Y lo hace más que nunca, con espectáculos llenos de luz y color destinados a todos los públicos para recordar que el tiempo es su mejor aliado y conmemorar aniversarios, a veces, sienta de maravilla. Desde dantzas, acordeones, coros y corales para materializar el sonido de la fiesta, hasta algunos de los poemas de Federico García Lorca en boca de la actriz Ángela Molina o una visita al Nueva York más artístico, la tradicional 'Noche Blanca' ha llegado este sábado con una veintena de edificios emblemáticos, puentes, plazas y calles que se han puesto el traje de luces o han servido como lienzo de distintas proyecciones para recibirla, porque toda celebración es poca cuando se cumplen 714 años. Ahí es nada.
Si Don Diego López de Haro paseara hoy por las calles de su Bilbao no cabría en sí de asombro -y, seguramente, de gozo-, al ver lo lejos que ha llegado su villa y la transformación que ha vivido tras más de siete siglos en los que se ha encumbrado como referencia internacional, desde que él mismo la engendrara. La tradicional cita, consolidada ya en el calendario bilbaíno, ha llegado cargada de actividades en las que música, luz y cultura se han conjugado para dar cabida a un programa que -de la mano de la Fundación Bilbao 700 y en colaboración con el Consistorio- se alargará desde las 20.30 horas hasta pasadas las dos de la mañana.


Música, luz y cultura
Exhibiciones sobre la cultura de Japón en el Museo de Bellas Artes, un recital lorquiano en el Museo Vasco y un espectáculo multimedia en el Marítimo darán han dado el toque de color y sensibilidad. Las interpretaciones de dos grandes artistas como el coreógrafo Merce Cunningham y el compositor John Cage que se han celebrado en el Guggenheim han abierto a los visitantes la puerta a otros mundos, mientras el claustro de la Universidad de Deusto ha presentado las propuestas de grupos de cultura vasca.
La catedral de Santiago, la fachada de la Iglesia de San Nicolás o La Alhóndiga y el Palacio foral han sido algunos de los escenarios elegidos para la celebración, que ha contado con espectáculos repartidos por otros muchos rincones. Patrice Warrener, la compañía italiana 'De Cagna Iluminaire', Logela Multimedia, la compañía inglesa Aether&Hemera y el estudio de creación 'Nueveojos' han diseñado sus creaciones para esta noche especial, en la que sus propuestas artísticas han lucido como nunca.

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