martes, 20 de noviembre de 2012

Casilda de Iturrizar,


 también conocida como Viuda de Epalza. Bilbao 1818- 22 de febrero de 1900. Benefactora bilbaína.
Se casó en 1859 con D. Tomás José Joaquín de Epalza y Zubaran, hombre de negocios. Don Tomás fue uno de los fundadores del Banco de Bilbao, junto con sus primos Don Pablo de Epalza Lecanda y Don Domingo de Epalza Larraondo. Hizo una gran fortuna, destacando en la vida económica de la Villa y siendo una persona prominente en lo social. El matrimonio no tuvo hijos. Tras la muerte de su esposo, doña Casilda comenzó un periodo de colaboración con los más desfavorecidos de la villa. Así, financió la construcción de las escuelas del Tívoli, luego llamadas en su honor “Viuda de Epalza”, colaboró con la Sociedad Coral de Bilbao, creó unas becas para los alumnos aventajados de las escuelas públicas de la ciudad. También ayudó a los Claretianos del barrio de San Francisco, las Siervas de Jesús de La Naja y los Agustinos de Portugalete y, a su muerte, dejó importantes sumas de dinero para la Casa de Misericordia y el Hospital Civil.
Murió en su residencia, ubicada en la calle que lleva su nombre, Viuda de Epalza, en cuya fachada existe una placa conmemorativa.


Imagen del Parque de Doña Casilda.
En el parque de Doña Casilda, en Bilbao, hay un monumento que la recuerda: se trata de un busto sobre pedestal en el que se representa de forma alegórica, su vida de caridad. En relieve se aprecia también el rostro de su esposo Don Tomás de Epalza. Es obra del escultor Agustín Querol.
Casilda de Iturrizar, también conocida como Viuda de Epalza. Bilbao 1818- 22 de febrero de 1900. Benefactora bilbaína.
Se casó en 1859 con D. Tomás José Joaquín de Epalza y Zubaran, hombre de negocios. Don Tomás fue uno de los fundadores del Banco de Bilbao, junto con sus primos Don Pablo de Epalza Lecanda y Don Domingo de Epalza Larraondo. Hizo una gran fortuna, destacando en la vida económica de la Villa y siendo una persona prominente en lo social. El matrimonio no tuvo hijos. Tras la muerte de su esposo, doña Casilda comenzó un periodo de colaboración con los más desfavorecidos de la villa. Así, financió la construcción de las escuelas del Tívoli, luego llamadas en su honor “Viuda de Epalza”, colaboró con la Sociedad Coral de Bilbao, creó unas becas para los alumnos aventajados de las escuelas públicas de la ciudad. También ayudó a los Claretianos del barrio de San Francisco, las Siervas de Jesús de La Naja y los Agustinos de Portugalete y, a su muerte, dejó importantes sumas de dinero para la Casa de Misericordia y el Hospital Civil.
Murió en su residencia, ubicada en la calle que lleva su nombre, Viuda de Epalza, en cuya fachada existe una placa conmemorativa.


Imagen del Parque de Doña Casilda.
En el parque de Doña Casilda, en Bilbao, hay un monumento que la recuerda: se trata de un busto sobre pedestal en el que se representa de forma alegórica, su vida de caridad. En relieve se aprecia también el rostro de su esposo Don Tomás de Epalza. Es obra del escultor Agustín Querol.

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