Hace veinte años que los contenedores de multitudinarias fábricas ocupaban el espacio de la ribera del Nervión ahora presidido por la brillante obra de categoría aeroespacial de Frank Gehry.
Aunque Bilbao siempre ha sido una capital abierta y dinámica, la nueva sede del museo neoyorkino puso en evidencia una oferta cultural y artística cada vez más floreciente (no sin motivo el mapping que luce el Guggenheim hace referencia a la creatividad de la capital vizcaína).
Con la representación del aniversario del museo este mes y el festival BIME, el mes de octubre se presenta como el mejor momento para conocer la alternativa más viva de la ciudad: galerías, cafés-boutique, conciertos gratuitos y formas diferentes de picar por la ciudad. Porque no solo de pintxos y txacolí vive el turista.
Guggenheim, el tótem artístico de la ciudad
DESAYUNOS PARA ECO-SIBARISTAS
Empieza el día con un latte ecológico y una tarta de zanahoria, ya casi una celebridad en la ciudad. Los dueños de Cinnamon (San Vicente, 3), que hace menos de dos años abrieron este café-coworking en una de las calles más animadas de Bilbao al caer el sol, hacen auténticas obras de arte con sus postres (más que recomendable probar sus cinnamon rolls o su bizcocho de plátano y dulce de leche), todos artesanales, además de tratar a cada uno de sus clientes como si estuviesen en su cocina.
Su brunch en cinco partes también está considerado una de las maravillas del barrio (los sábados se recomienda reservar).
Cinnamon, el mejor cinnamon roll de la ciudad
Aunque si de brunch hablamos, probablemente el de La Ribera (Erribera, 20) sea el más famoso, si no multitudinario de la ciudad; no solo por la abundancia de sus platos, sino por el éxito de su formato (junto al Mercado de la Ribera, vistas a la ría y al barrio de San Francisco incluidas).
Este jazz-bar, que también ofrece conciertos para regar los aperitivos y cenas en su salón de inspiración art-decó, ha revolucionado el concepto anti-resaca gracias a su menú eco de brunch, que incluye elementos tan originales como mini-kebabs o yogur de mango, y está disponible también a diario.
El jazz-bar de la ribera
ARTE POR TODAS PARTES
Después del Guggenheim, el espacio de Azkuna Zentroa (Plaza Arriquibar, 4) es probablemente lo mejor que le ha pasado al arte de la ciudad. Antiguo almacén de vino(aun conserva su estructura exterior), centro cívico, cultural y hasta polideportivo local,es una parada obligatoria a cualquier hora del día.
Este mes, su entrada reducida (las exposiciones suelen ser gratuitas) ofrece acceso a la muestra de la artista británica Margaret Harrison, experta en dialéctica feminista, o al concierto bajo el agua de una de las artistas relevación de la temporada: Nathy Peluso(desde el 20 de octubre).
Azkuna Zentroa (conocida como La Alhóndiga)
Además, acaba de inaugurarse 'En este lugar, 138 veces', la muestra de la destacada artista bilbaína Ixone Sádaba en la sala de exposiciones Rekalde (Alameda de Recalde, 30), mientras que en SC Gallery (Calle de las Cortes, 4) puedes visitar las 'Ensoñaciones'colectivas de Ana Barriga, Mikel del Río, Paco Pomet y Sebas Velasco. (hasta el 22 de diciembre).
APERITIVOS CON RITMO
Cuando la sed aprieta, dedícate un rato a conocer los bares locales. En el Coppola(Barraincúa 6) te sentirás como una auténtica estrella, no solo por su decoración pop sino por sus marianitos y vermuts (sí, el aperitivo pre-cerveza también se hace en Bilbao).
Si haces corto con los entrantes, no dejes de probar sus pizzas (las más reputadas de la ciudad) y sus cócteles, la excusa perfecta para una merecida sobremesa (los domingos hacen conciertos gratis a las 18.30).
Si prefieres una ruta on-the-go, te recomendamos que no pases por alto los pintxos del Irrintzi (Santa Maria Kalea, 8), entre Abando y la catedral, el bar que da título a uno de los temas de la banda de electrónica WAS.
* Nota para los Travelers más previsores: el próximo mes de febrero el estrella Michelín Fernando Canales (Restaurante Etxanobe) abrirá un nuevo local con dos espacios, uno de ellos low-cost y en la misma calle que lleva al Guggenheim (Juan Ajuriaguerra 8). Apúntalo para reservar.
Los pinchos de Irrintzi: parada (y caña) obligatoria
NADA QUE ENVIDIAR A LOS NÓRDICOS
De impronunciable nombre, la llamada “península de Zorrozaurre” está en boca de todo habitante arty que se precie, albergando propuestas como la del Espacio Open.
Considerado el flea-market (o mercado temporal de pulgas) más importante de la ciudad, este particular rastro bilbaíno, ubicado en la antigua gfábrica de galletas Artiach, defiende una pionera filosofía colaborativa y un consumo con conciencia entre sus visitantes, que ayudan con cada adquisición a las start ups participantes. Una buena forma de dejarse ver y ser visto en el barrio de Deusto. Antigua Fábrica Artiach, Ribera de Deusto (primer domingo de mes).
Cuando se trata de segunda mano, Bilbao también lleva la delantera con tiendas multiespacio, multimarca o simplemente de cuidada inspiración vintage y diseño vanguardista.
Las principales se concentran en el Casco Viejo: el fenómeno de la ciuda, Arizona Vintage Clothing (Calle Víctor, 2 y Ercilla, 26), Charada (Calle de la Pelota, 6) donde es habitual toparse con pinchadas y conciertos acústicos, y Cullto (Alameda Urquijo, 59) un impecable espacio de diseño artesanal en la orilla occidental del Nervión conocida como San Francisco.