Los jóvenes acusados de usurpar el edificio del barrio de Rekalde (Bilbao) donde se ubicó la asociación cultural Kukutzat durante trece años han afirmado hoy que creían que el inmueble pertenecía a un narcotraficante huido de la Justicia que lo había dejado en estado de abandono. El Juzgado de lo Penal 9 de Bilbao ha comenzado hoy el juicio contra veintitrés jóvenes a los que el fiscal acusa de un delito de usurpación de inmueble, por el que pide para cada uno una multa de 8 euros diarios durante cuatro meses (960 euros).
Para uno de los jóvenes, Oscar A., también solicita la imposición de una pena de tres años y un día de prisión por un delito de atentado contra la autoridad ya que, presuntamente, lanzó un bloque de hormigón contra la Ertzaintza cuando procedía a desalojo. Dicho desalojo se llevó a cabo el 21 de septiembre de 2011 por orden judicial y a requerimiento de la empresa Cabisa, propietaria en ese momento del edificio. Tanto ese día como los siguientes se produjeron numerosos incidentes y enfrentamientos con la Ertzaintza, durante los cuales fueron arrestadas un total de 64 personas.
En la sesión de hoy, la primera de las tres previstas, han declarado veintidós acusados, quienes se había quedado dormir el día del desalojo en la azotea del edificio en "solidaridad" con Kukutzat ya que tres meses antes "había aparecido" la empresa Cabisa como propietaria del edificio y existía un "riesgo" de que la citada asociación tuviera que abandonar el edificio.
Según han relatado, sobre las cinco de la mañana y sin previo aviso, la Policía Vasca lanzó una "lluvia de pelotas de goma" y entró en el edificio. Ninguno se resistió, ni se enfrentó a la Ertzaintza, ni les lanzó objetos, según han coincidido.
Oscar A. resultó herido por una pelota de goma y según ha resaltado hoy, un ertzaina vio la herida y le dijo textualmente: "como estás herido, te vamos a denunciar". Los abogados defensores de los jóvenes piden la absolución mientras que Cabisa, que ejercía la acusación particular, se ha retirado del proceso.
El letrado Iñaki Carro también ha destacado, en declaraciones a los medios de comunicación, que en su día se alegó que la decisión del desalojo respondía a que la empresa pretendía construir viviendas en el solar, pero tres años después el terreno sigue vacío, por lo que, en su opinión, se trató de una decisión "política". Mañana continuará el juicio con la declaración del último acusado, que hoy no ha podido personarse en Bilbao; de los ertzainas que intervinieron en el dispositivo de desalojo y de varios testigos.