viernes, 7 de julio de 2017

Depeche Mode: todo sigue igual








No hay gira de Depeche Mode que no pare en el Bilbao BBK Live, en una de esas recurrencias que el público del festival secunda y agradece. No sería completamente inexacto decir que la gran mayoría de los más de 35.000 asistentes a la primera jornada del festival iba a ver a la banda de Essex; que si toca fulano o mengano bien, pero aquí hemos venido a ver a Dave Gahan y Martin L. Gore.

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GRA625. BILBAO, 06072017.- Público en el concierto del conjunto británico The 1975, hoy en la primera jornada del festival Bilbao BBK Live. EFEMiguel Toña
GRA625. BILBAO, 06/07/2017.- Público en el concierto del conjunto británico The 1975, hoy en la primera jornada del festival Bilbao BBK Live. EFE/Miguel Toña MIGUEL TOÑA EFE
Guía del Bilbao BBK Live 2017: cartel, entradas y horarios
Porque Depeche Mode siempre ha sido un grupo sostenido por sus fans antes que por cabriolas comerciales o giros extravagantes, y gracias a eso su carrera se mantiene activa con más credibilidad que la de la mayoría de sus coetáneos. Nunca han reventado particularmente las listas de éxitos pero, treinta años después del inicio de su cénit creativo (el periodo que va de Music From The Masses a Songs of Faith and Devotion) y a más de una década de su último disco incontestablemente sólido, Playing the Angel, Depeche Mode se mantienen fieles a su estilo, y ofrecen a su público lo que este ama de ellos.

Tampoco es un grupo en gira constante, ni consagrado al revival o al autohomenaje nostálgico: puede que las canciones de sus últimos álbumes no sean memorables, pero al menos encajan en su repertorio como motivos más que decentes para salir de nuevo a los escenarios a la vieja usanza, con disco nuevo bajo el brazo.

Al mismo tiempo, hay que ser tan grandes como Depeche Mode para abrir un concierto con un tema como Going Backwards sin que el público se te venga abajo. El recién aparecido segundo single de su nuevo disco abrió en Bilbao, mostrándonos enseguida que todo seguía igual, es decir, que los británicos siguen teniendo un directo poderoso y efectivo, con el maestro de ceremonias Gahan dominando el escenario con ese magnetismo que le caracteriza.

Todo sigue igual, sí, porque el binomio Gore-Gahan sigue siendo imponente, con el guitarrista y compositor hierático y el vocalista hiperactivo y sensual, cantando de forma impecable sin comprometer sus incansables contoneos, entre lo amanerado y lo marcial. También hay un señor con gafas de sol llamado Andy Fletcher, pero como si no estuviera: ni canta, ni compone, ni luce, pero es miembro fundador y en algún sitio hay que ponerlo (aunque Peter Gordeno, que cubrió el puesto de Alan Wilder en las giras tras la marcha de este hace dos décadas, acarrea mucho más peso instrumental en directo que Fletcher). Por no poner, no le ponen ni muchos focos: el peso estético y creativo de la banda recae al 100% en Gahan y Gore; si Fletcher cobra lo mismo que ellos, tiene el mejor contrato de la historia del rock.

A pesar del aplomo en directo de la banda, en Bilbao no fue hasta el fabuloso World In My Eyes que abría su legendario Violator que el concierto alcanzó un primer punto álgido, aunque la cosa se templó de nuevo con Cover Me y un Somebody para el que tal vez el público festivalero no estaba completamente preparado, a pesar del sentimiento que le puso Gore a su interpretación vocal. Where’s the Revolution volvió a poner el concierto en órbita, iniciando una infalible traca final conformada por los clásicos Everything Counts, Stripped, Enjoy the Silence y Never Let Me Down Again.

Por mucho aprecio que tengamos por Martin L. Gore, alguien debería decirle que abrir el bis con él cantando Home puede cortar el rollo incluso al aficionado más entregado. Pasar directamente al siguiente tema, Walking in My Shoes, parece un movimiento más efectivo, y mucho más si, como en Bilbao, este desemboca en I Feel You y el inevitable Personal Jesus para cerrar el concierto.

Pero más allá de consideraciones de este tipo, la conclusión es que Depeche Mode siguen facturando un directo impecable en el que utilizan de forma ingeniosa su extenso cancionero. Es encomiable, aunque hasta cierto punto irrelevante, que sigan publicando nuevos discos, porque tanto ellos como su público saben que sin eso seguirían encabezando festivales y llenando estadios. La fe de sus seguidores es su capital más valioso; a ellos se deben y, en directo, a ellos se entregan con devoción.

miércoles, 5 de julio de 2017

Museo Guggenheim Bilbao proyectará este jueves el primer largometraje en vídeo de Bill Viola





El Museo Guggenheim Bilbao proyectará este jueves el primer largometraje del artista Bill Viola, 'No sé a qué me parezco' ('I Do Not Know What It Is I Am Like'), de 1986, un estudio sobre la conciencia animal y la trascendencia humana.

La película será presentada por Lucía Agirre, curator de la exposición 'Bill Viola: retrospectiva', patrocinada por Iberdrola, que se puede visitar en la segunda planta del Museo Guggenheim Bilbao hasta el próximo 9 de noviembre, según ha anunciado en un comunicado el Museo.
La película se exhibirá en el Auditorio del Museo, a las 19.00 horas, en versión original en inglés sin subtítulos. Las entradas son gratuitas y están disponibles en taquillas del Museo y en la web.

Yo no sé a qué me parezco, un videotape de 89 minutos de duración realizado en 1986, en color. Es el resultado de una investigación de Viola en las islas Fidji donde graba un ritual de fuego de los habitantes indios, así como el registro de su estancia con una manada de bisontes durante tres semanas en un parque nacional de Dakota del Sur. Está dividido en cinco partes y es una confluencia de preocupaciones científicas (el artista se especializó en antropología) y una inmersión en el inconsciente (estudió en profundidad a C. Jung), entre la objetividad y la subjetividad, lo próximo y lo lejano, la naturaleza y el hombre. El ritmo lento, ralentizado, característico del artista, contribuye a crear una atmósfera de intensa sugestión poética al adentrarse en los vericuetos de un mundo que postula la meditación del Otro. Hay fragmentos memorables de expresión onírica y surreal por la asociación de lo insólito en una habitación y el recurso de una cámara atenta al detalle y su relación con el acto perceptual. Una experiencia única, de un talento innovador fuera de serie y una de las figuras esenciales del arte del siglo XX. Los distraídos de siempre, especialistas o no, no saben lo que se pierden.



martes, 4 de julio de 2017

PAÍS VASCO El Bilbao BBK Live apuesta por los artistas "completos"





Comienza la cuenta atrás para que inicie la XII edición del festival de música Bilbao BBK Live. Con Depeche Mode, The Killers y Antwood como "cabezas de cartel", la villa pasará a convertirse los días 6,7 y 8 de julio en el epicentro de la música pop rock. Un encuentro que reunirá a más de 70 grupos nacionales e internacionales y para el que, tal y como ha explicado el responsable de Last Tour, Alfonso Santiago, se ha apostado por "artistas completos que componen y defienden su obra".
Las cerca de 100.000 personas que se espera que se acerquen cada día a las campas de Kobetamendi, podrán disfrutar por segundo año consecutivo de su "propio lugar de encuentro" en el espacio denominado "Basoa", ha explicado Santiago. En respuesta a la gran acogida que tuvo el año pasado, este año se han aumentado las infraestructuras para que más festivaleros puedan disfrutar en "el bosque" de la mejor música electrónica. "Hemos traído a grandes referentes de la música electrónica" como Dixon, Daphni, The Black Madonna o Motor City Drum Ensemble, entre otros, que se encargarán de animar el ambiente. Y además el BBK Live se trasladará una vez más al corazón de la ciudad con el ciclo"Bereziak" para extender el ambiente festivo más allá de Kobetamendi.
Un Festival que esta edición viene con dos novedades bajo el brazo. La primera hace referencia al sistema de pago. Por primera vez en los doce años que se lleva organizando el festival, no se aceptará dinero en metálico dentro del recinto y los pagos se efectuarán mediante pulseras inteligentes. "Se trata de un proceso que va a aumentar el tiempo de espera en la cola para entrar al recinto a unos 2 o 3 minutos por persona pero que dentro agiliza mucho los pagos y reduce las posibilidades de hurto", ha avisado el responsable de Last Tour, "así que es preciso que la gente vaya con tiempo". Para aquellos que quieran ir con los deberes hechos, el miércoles 5 y jueves 6, podrá acercarse a la Sala BBK de Bilbao a partir de las 08:00 horas y en horario ininterrumpido para registrar su entrada y recibir su pulsera correspondiente. 
la segunda novedad está dirigida a los más forofos del BBK Live: "En los últimos años se ha dado el caso de personas que, estando en el festival, compraron las entradas del año siguiente", ha explicado Santiago: "A esas personas las queremos recompensar y fidelizarlas. Por eso hemos creado una zona VIP en el que contarán con ciertos beneficios". Entre otros, ha dicho, tendrán mejor wifi, unas instalaciones más cómodas y podrán conocer a algunos artistas. 

Cartelera del Bilbao BBK Live 2017

Jueves 6
Depeche Mode, Justice, The 1975, Austra, Cage The Elephant, Spoon, The Avalanches, Xoel López, Cabbage, Circa Waves, Gus Gus, Idles, Niña Coyote Eta Chico Tornado, Rrucculla, Rufus T. Firefly, Vulk, Zazkel, David Van Bylen DJ, DJ Maadraassoo, Dixon, The Black Madonna, Mike Servito, Honey Soundsystem y Baldo.
Viernes 7
The Killers, Phoenix, Fleet Foxes, Royal Blood, Explosions In The Sky, Trentemoller, Animic, Carla Morrison, Coque Malla, Empty Filles, Izaro, Jens Lekman, Jessy Lanza, Joe Goddard, Los Punsetes, Sundara Karma, The Amazons, Daniless B2B Dark DJ, The Horrors DJSet, Daphni, DJ Tennis, Marvin & Guy, Nicola Cruz y Bawrut.
Sábado 8
Die Antwoord, Two Door Cinema Club, Primal Scream, Brian Wilson present Pet Soundfs, !!! (CHK CHK CHK), Aterciopelados, Los Bengala, Biznaga, Dellafuente & Maka, Kokoshca, Saint Motel, The Lemon Twigs, The Orwells, The Parrots, Naranja, WhoMadeWho, JotaPop DJ, Marc Dorian DJ, Motor City Drum Ensemble, Andrew Weatherall, Job Jobse, Lena Willikens, Javi Green.

lunes, 3 de julio de 2017

El Guggenheim recuerda la historia de Bilbao con una exposición fotográfica al aire libre junto a la Ría





Lejos queda ya el Bilbao oscuro y gris que describía Azorín a su paso por la villa. Los días en que la ceniza que desprendían las chimeneas cubrían las calles y las convertía en paisajes más propios de una novela de Carlos Ruiz Zafón, difíciles de imaginar para cualquiera que las recorra hoy pero que muchos recuerdan con nostalgia. Una ciudad que ha ido creciendo y transformándose con la ría siempre como testigo, primero de los barcos que atracaban en sus márgenes durante la época industrial; y ahora, con los turistas como fondo tratando de capturar la mejor perspectiva del edificio que hace veinte años puso a Bilbao en los mapas de todo el mundo: el Museo Guggenheim.
Con el objetivo de ayudar a visualizar y recordar el pasado industrial y post industrial, y dentro del marco del XX aniversario del Museo, su director general, Juan Ignacio Vidarte, ha presentado hoy una serie de paneles fotográficos que ilustran los importantes cambios ocurridos en el paisaje bilbaino que permiten realizar, a los viandantes que paseen por su orilla, un recorrido cronológico visual entre finales del siglo XIX y la actualidad. "Un cambio que tiene muchas dimensiones social, cultural, ciudadana, económica pero también física y urbanísticamente", ha admitido Vidarte. Un reflejo del cambio en la ciudad que han "querido acercar a los ciudadanos y visitantes con este conjunto de fotografías" que se mantendrán expuestas hasta el próximo mes de septiembre.
Bajo el lema "el arte lo cambia todo" esta serie de 21 fotografías, expuestas en paneles de 4 metros de largo por 1,35 metros de alto, es el resultado del trabajo de documentación llevado a cabo en los fondos fotográficos del Archivo Municipal de Bilbao, el Museo Vasco, la Autoridad Portuaria de Bilbao y los fotógrafos locales Mikel Alonso y Fede Merino. Éstas, aparecen expuestas junto a sus réplicas tomadas en la actualidad desde los mismos enclaves y con la misma perspectiva para facilitar el trabajo comparativo a aquellos que las miran.
Uno de los artistas que ha cedido su foto, Fede Merino, ha estado presente en la hoy en la inauguración de la exposición. Una fotografía enmarcada dentro de la crónica que hizo -entre los años 1972 y 1983-, sobre la entonces "Bilbao de Acero", como el propio artista se ha referido a aquella época, en la que siguiendo una propuesta que le planteó Julio Caro Baroja, el sobrino de Pío Baroja, quiso "poner en el foco la vida cotidiana de las personas de una ciudad en blanco y negro".

domingo, 2 de julio de 2017

Colapso en los juzgados de violencia de género en Bilbao


Maite Iturrate, abogada de la asociación Clara Campoamor, frente a los juzgados de Bilbao.
Maite Iturrate, abogada de la asociación Clara Campoamor, frente a los juzgados de Bilbao. / Manu Cecilio






El mostrador del juzgado de violencia sobre la mujer número 1 de Bilbao es un hervidero desde primera hora de la mañana. Esta semana están de guardia encubierta, no reconocida ni retribuida. La tensión se palpa. «Aquí tienes que sacar el carácter», advierte uno de los funcionarios. Quien acude hasta uno de estos órganos especializados puede estar pasando por el peor momento de su vida y lo que le espera exige grandes dosis de paciencia. «Hola, ayer me llamó la Ertzaintza porque me ha denunciado mi expareja», se presenta un joven, que llega acompañado de una chica, que parece ser su actual novia. El funcionario que atiende el mostrador, denominado de auxilio, le pide que le acompañe «al piso de arriba», donde en un hall sin vigilancia toca esperar a los presuntos maltratadores. 

Pasar una mañana en los pasillos de los dos juzgados de violencia sobre la mujer de la capital vizcaína ayuda a entender las quejas por «estrés y agotamiento laboral» de los gestores, tramitadores y agentes, extensible a los magistrados, letrados y a todos los ciudadanos, entre ellos víctimas, investigados y testigos. No dan abasto para atender el creciente número de casos que llegan, 563 en lo que va de año. Sólo de Penal y en Bilbao, 70 más que en el mismo período del año anterior. Y otros 110 de Civil. En 2016 se tramitaron en total 1.273 atestados. 
Según los datos globales facilitados recientemente por el Consejo General del Poder Judicial, en el primer trimestre de este año se ha incrementado un 20% el número de denuncias por violencia de género y un 9% las órdenes de protección, por lo que en la actualidad 40.509 mujeres figuran como víctimas de malos tratos en España. 
Los trabajadores califican la situación de «insostenible». El horario de audiencia se extiende de nueve de la mañana a una de la tarde, y sólo en ese tiempo se llena la agenda, en la que caben cuatro casos. Se han dado días en que se han duplicado, lo que les obliga a alargar el horario, en ocasiones hasta las siete u ocho de la tarde. «Si la Policía te trae a un detenido al mostrador, lo tienes que tramitar», asumen. A partir de las 13 horas, los atestados son derivados al juzgado de guardia, uno de los diez de instrucción que hay en Bilbao y que antes de 2005 se encargaban de la violencia de género, aunque sólo para resolver las medidas urgentes, como las órdenes de protección. 
«Cuidado, puede ir a prisión»
«A las víctimas les aconsejo que se lleven comida o algo de picar, que se cojan el día libre, que cuenten con que no van a poder ir a recoger a los niños». Maite Iturrate, abogada de la asociación Clara Campoamor, ha pasado muchas horas en los dos juzgados especializados en violencia machista -creados hace doce años-, asesorando a mujeres que han interpuesto una denuncia contra su maltratador. «Es una locura», describe. «El primer momento es una barbaridad, entras a las nueve de la mañana e igual no sales hasta las cinco de la tarde o más». «Esos días los doy por perdidos, no fijo ninguna cita».

«Resolvemos el expediente entero», explica una de las gestoras, que admite sin reparos que hay días que ni come. Toman declaración a la víctima y al investigado, que deben estar físicamente separados, ellas en una sala y ellos en la planta superior, sin ninguna vigilancia. También a los testigos. Tramitan las órdenes de alejamiento y hacen juicios rápidos. 
En estos momentos hay cinco invesdtigados en el piso de arriba y unas doce personas, entre abogados, intérpretes y testigos, en las dependencias. Una joven, que no tiene más de veinte años -con coleta y un jersey de Mickey Mouse-, se aproxima al mostrador con la intención susurrada de «retirar una denuncia». Tras consultar el caso, la funcionaria le advierte de que «es imposible». «Hay una sentencia de conformidad y usted ha solicitado una orden de alejamiento». La chica admite que el joven al que denunció y que tiene prohibido acercarse y comunicarse con ella, le ha llamado. «Tened cuidado porque si os pillan, él puede acabar aquí o en la cárcel», le asesora la profesional. 
En cada juzgado hay una decena de funcionarios, entre gestores, tramitadores y agentes de auxilio. Pero lejos de conseguir una plantilla formada como pretendía la Ley integral de Violencia contra la mujer, «en su mayoría son interinos porque los titulares, en cuanto pueden, se van». Según dicen, se trata de uno de los «peores» destinos. «Nunca sabes a qué hora vas a salir». Pese a que no está contemplado, realizan «guardias encubiertas» no remuneradas. Los juzgados se turnan. Una semana cada uno.
Una de las funcionarias, recién llegada, lleva sólo este mes «45 horas de más y eso es imposible que lo recupere, no hay días en el calendario». El sindicato LAB ha presentado un escrito ante el juez decano solicitando que la Junta de Jueces trate el asunto para «aliviar» las condiciones laborales y establezca una «nueva organización». La central propone que una vez que la agenda esté llena, los casos pasen directamente al juzgado de guardia sin esperar a la una de la tarde. Ponen como ejemplo el caso de Getxo donde, aunque no hay un juzgado específico, sí hay uno designado para la violencia de género con un funcionario especializado. «Si allí se puede hacer, ¿porque aquí no?». «La incidencia real en estos órganos va a ser mínima», sostiene Loreto Cabo, de LAB.