La lluvia y el viento no han supuesto un impedimento para las miles de personas que esta tarde han salido a la calle en Bilbao para pedir el traslado de los presos de ETA a las cárceles del País Vasco. La manifestación, organizada por la red ciudadana Sare, ha sido secundada por buena parte del espectro político autonómico, desde los radicales de EH Bildu y Podemos hasta los sindicatos ELA y LAB.
A la cabeza de la expedición se han situado los portavoces de Sare Joseba Azkarraga y Bego Atxa; los expresos de ETA Juan María Olano y Mertxe Galdos; Gentzane Callejo, familiar del preso de ETA Jagoba Codó; los versolaris Alaia Martin y Unai Iturriaga; el pintor Xabier Morras; el profesor universitario Ramón Zallo; la abogada Elisabete Bizkarralegorra; Edurne Brouard, la hija del dirigente de HB asesinado por el GAL, Santi Brouard; yRosa Rodero, viuda del sargento de la Ertzaintza Joseba Goikoetxea. Todos ellos portan una pancarta en la que se puede leer el lema «Los presos vascos a casa: derechos humanos, resolución y paz».
Antes del inicio de la manifestación, Rodero ha asegurado que su intención es la de defender «los derechos humanos» de los reclusos etarras: «Hay unas leyes penales que se deben cumplir, porque la legalidad está ahí y hay que defenderla», ha subrayado, y ha negado que abogue por una amnistía general. Por otro lado, Urtzi Errazkin, portavoz de la plataforma Etxeart, ha afirmado que los derechos de los criminales encarcelados deben ser «respetados» para lograr una paz «verdadera y justa».
En la misma también participan los principales dirigentes de los partidos que integran la coalición radical EH Bildu (Sortu, Eusko Alkartasuna, Aralar y Alternatiba) así como representantes de ERC y la CUP y la secretaria general de Podemos en el País Vasco, Nagua Alba, quien ha acudido a título individual. Adolfo Muñoz y Ainhoa Etxaide, por su parte, son los máximos representantes de los sindicatos ELA y LAB.
La marcha, que se celebra todos los años en torno a estas fechas, comenzó en torno a las seis de la tarde en el pabellón de la Casilla y tiene previsto concluir en el Ayuntamiento de la capital vizcaína.