Publicado por Miguel Jara el 15 de enero de 2011
“La primera generación de
mártires sanitarios“. Impresionantes, muy duras las palabras del comentario del médico
Roberto Sánchez en
el post que hemos publicado sobre su carta a la ministra Pajín en torno a los sobornos médicos. El caso es que esta mañana me escribió otro compañero de profesión de Roberto:
“Yo también soy
médico residente y también tengo
la misma opinión acerca de las farmacéuticas.
Le he escrito un email a Roberto. Te lo copio debajo por si quieres
publicarlo en tu blog. No tengo inconveniente en que aparezcan mis datos
en la publicación. De hecho creo que tenemos que empezar a hacer que
estos asuntos turbios se vayan haciendo
cada vez más transparentes para
ayudar al cambio de conciencia global“.
Así
que ahí va el texto pero por favor mártires no más que ya hemos tenido
suficientes en nombre de algunas religiones como para continuar en pleno
tercer milenio con mártires de la ciencia sometida por el poder del
dinero:
Hola Roberto!
Soy
Iago Garreta, médico residente de primer año de
traumatología en el Hospital de Bellvitge de Barcelona.
He leído la carta que le enviaste a la ministra y que Miguel Jara ha publicado en su blog.
Estoy completamente de acuerdo con lo que dices. Yo estoy en la misma lucha.
Traumatología es una especialidad donde
los sobornos por parte de las farmacéuticas se exageran más que en otras especialidades y desde que empecé, he tenido que aprender a rechazar sus
turbias ofertas. Creo en una
actitud digna, humana y científica a la hora de ejercer la medicina (y, evidentemente, a la hora de vivir) y creo que la labor de las farmacéuticas la dificulta.
Ya no acepto bolis, regalos ni cenas, ni tan solo libros. Aún no he tenido que ir a ningún congreso pero cuando esto ocurra, le
pediré a mi jefe de servicio que el hospital me lo pague y si me lo niega, le escribiré al
gerente del hospital y si me lo niega, le
escribiré a la ministra, tal como tú has hecho.
Me alegro de ver que otros médicos
se dan cuenta de este juego perverso y que luchan por intentar ejercer la medicina y formarse como científicos sin tener que
perder su dignidad vendiéndose a las farmacéuticas.
Un abrazo,
Iago.
Más info: En los libros
Traficantes de salud y La salud que viene.
Publicado por Miguel Jara el 13 de enero de 2011
Me ha llegado una carta que escribe
Roberto Sánchez, médico residente de Medicina Familiar y Comunitaria del
Centro de salud Prosperidad de Madrid a su Excelentísima Ministra de Sanidad, bajo el titular citado, que reproduzco:
Ruego escuche a este
médico residente de cabecera, que intenta proporcionar a sus pacientes una atención
digna, humana y científica,
y para ello intenta actualizar sus conocimientos día a día. Este deber y
derecho a la formación continuada se encuentra regulado por Ley. Sin
embargo, esta formación, lejos de ser gratuita, tiene un
precio desorbitado. Asistir a un congreso, por ejemplo, cuesta unos 500 euros, precio que resulta de la
turbia influencia de la industria farmacéutica.
Algunos de mis compañeros para ir, aceptan la financiación de la
inscripción, vuelo y hotel de cuatro estrellas que ofrecen los
laboratorios farmacéuticos.
Yo, Ministra,
desconozco lo que ellos les dan a cambio. Pero lo que sé es que yo no estoy dispuesto a
aceptar ese soborno porque
sería una traición a mis pacientes y a mí mismo. El año que viene la
Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria celebra su reunión
anual y le escribo porque quiero que el Ministerio del cual usted ha
comenzado a estar al frente abone mi inscripción. Quedo a su
disposición. Un saludo.
Para contactar con el autor de la misiva:
robertojosesan@yahoo.esMás info: En los libros
Traficantes de salud y La salud que viene.