Eran los tiempos de la Guerra de Cuba y de Unamuno, Pío Baroja y Ramiro de Maeztu, los grandes escritores vascos de la Generación del 98. Bilbao vivía una época de intenso desarrollo en su economía, industria y comercio. Eran los años del nacimiento de los bancos, los astilleros, las navieras, los Altos Hornos y las hidroeléctricas. Nuestros antepasados, en sus primeros viajes de negocios al extranjero, constataron el auge de los deportes náuticos en Europa y se decidieron por su importación, a sabiendas de la afición a la mar en Vizcaya.
Así, desde finales del siglo XIX, se inicia la vertiente recreativa de la navegación. Ahí es donde empieza la historia del Sporting, en cuya batea, construida en Astilleros del Nervión, se elaboran los primeros reglamentos de regatas y donde se funda la Federación de Clubes del Cantábrico. Sus fundadores desean practicar el deporte de la vela y las regatas a remo.
La estampa del Abra, entonces, mostraba la silueta del Sporting. Su sede flotante tiene historia desde finales del siglo XIX. Estaba frente al Marítimo, que contaba desde sus primeros días con una sede social fija. El Sporting Club era el que organizaba las regatas. Desde su fundación, este Club vizcaíno, situado en Las Arenas, comenzó a organizar regatas internacionales y se convirtió en referencia.
El Real Club Marítimo del Abra- Real Sporting Club es el resultado de la fusión, ya en 1972, de los dos clubes náuticos existentes en el Abra vizcaíno: el Real Sporting Club -fundado en 1898- y el Real Club Marítimo del Abra -fundado en 1902-.
La actividad principal de este Club, desde hace 117 años, es la práctica de la vela (con regatas durante la mayor parte de los fines de semana del año).
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