sábado, 6 de agosto de 2016

‘Mundi’, el amante de la cultura vasca



Raimundo Flores. ‘Mundi’, con los trajes de la exposición que está a punto de inaugurar en Derio.Foto: M. A. Pardo
Raimundo Flores. ‘Mundi’, con los trajes de la exposición que está a punto de inaugurar en Derio.Foto: M. A. Pardo


SANTURTZI - Raimundo Flores, Mundi, lleva toda su vida regando la flor de la cultura vasca, haciendo que crezca y que los santurtziarras puedan aprender y disfrutar con ella. “Las cosas que sabemos, que aprendemos y que hacemos hay que compartirlas con el resto porque si no de poco sirven”, asegura este hombre que lleva 45 años siendo uno de los miembros más activos de Mendi Alde dantza taldea. “Mi mente no para, he de estar activo. No puedo estar sin hacer nada”, reconoce. 
Su primer contacto con las danzas fue a los 9 años. Por aquel entonces, pese a vivir en Santurtzi bailaba en Sestao, puesto que estudiaba en el colegio de La Salle. Poco a poco, el mundo del baile euskaldun le fue enganchando, atrayendo de tal manera que, desde aquel momento, la cultura vasca se ha convertido junto a la montaña en su gran afición. En esta trayectoria en la que las danzas cobraban protagonismo en la vida de Mundi, apareció Mendi Alde dantza taldea. 
Lo hizo casi por casualidad. “Tenía 15 o 16 años y estaba en un extraño parón en el que no bailaba. Me llamaron del grupo para bailar con ellos y no lo dudé, allí fui”, explica. Sin saberlo, en ese instante iba a emprender una nueva etapa de su vida. “Me recibieron tan bien que me quedé allí. Hasta hoy”, señala entre risas. 
A lo largo de estos 45 años de trabajo en Mendi Alde, además de enseñar a muchísimas personas, ha trabajado duramente por la recuperación histórica y el mantenimiento de las tradiciones en Santurtzi. “Lo que hago, yo al menos, lo veo como algo normal”, explica este hombre de 61 años que ha enseñado a moverse al ritmo de la música a varias generaciones de santurtziarras. 
Pero el carácter inquieto y despierto de Mundi le ha hecho ir más allá: él fue uno de los principales artífices de que en la localidad marinera se recuperasen los gigantes y cabezudos, también gran parte de la memoria histórica del municipio y su labor permite que pervivan actos como el desfile de Olentzero o el de Santa Águeda. 
“En Santurtzi tenemos la suerte de que se apoya mucho la cultura. Siempre nos han apoyado, nunca hemos recibido un no por respuesta”, confiesa Mundi
En su camino vital a través de la cultura vasca, la alboka adquirió un papel muy importante. “Conocí al gran albokari León Bilbao y empecé a tocar por curiosidad en 1989”, narra este santurtziarra nacido en Portugalete. Le costó aprender, según afirma, pero todo ello supuso un reto para él. “Me fue enganchando, me piqué y seguí tocando”, explica Mundi, quien indica que aprendió a tocar este instrumento musical “de oído”. Pero no le bastó con hacer sonar a la alboka, él se puso un reto más: crearla. 
“Empecé a hacerlas y, a día de hoy, he dado forma a más de 200”, indica. Una cifra que sigue creciendo puesto que entre sus proyectos más cercanos está el de hacer uno de estos instrumentos para un joven de Cáceres. “Quiere aprender a tocarla y me ha pedido que le haga una”, señala. 
Dentro de la cultura vasca, los trajes tradicionales son una parte muy importante para Mundi por lo que tampoco ha dejado de tocar este palo. Así, en la actualidad, también trabaja por la recuperación histórica de estos trajes como muestra la exposición que desde el próximo lunes se podrá disfrutar en el Kultur Birika de Derio. “Solo nos quedan dos trajes vizcainos por recuperar. Es un trabajo de documentación, de mirar fotos y ver cómo vestían los antepasados”, indica el santurtziarra mientras se afana en el montaje de esta exposición que el público podrá disfrutar hasta el 3 de octubre. 
SU GRAN MOMENTO Mundi es una persona querida y admirada en Santurtzi. Su labor en pos de la cultura en los diferentes ámbitos le ha hecho acreedor de ese cariño. Todo el afecto de su pueblo quedó de manifiesto el pasado 10 de julio, cuando fue homenajeado en agradecimiento a su aportación a la vida cultural santurtziarra. Desde aquel día, un retrato de cerámica con su imagen luce en el interior del kiosco de la música del parque central de Santurtzi junto a la imagen de otros vecinos ilustres. 
“Cuando me comunicaron que me homenajearían me quedé descolocado. No me lo esperaba y la verdad es que me hizo muchísima ilusión. Me sentí muy feliz porque reconocían una labor de muchos años”, se sincera. 
Pero lejos de contentarse con ello, Mundi sigue con su trabajo. Actualmente, se afana en la recuperación de la cesta que llevaban las sardineras y cuyo resultado se verá el próximo 3 de octubre en el Sardinera Eguna, jornada en la que se podrá ver una réplica de este utensilio. “Tengo varios proyectos más en la cabeza”, advierte quien continúa recuperando el pasado del Santurtzi que tanto quiere y que ya le ha mostrado su agradecimiento.

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