El otro día nos llevamos una gran sorpresa con la noticia que pudimos leer en la revista digital de Contrapunto local, sobre el emblemático edificio de Etxetxu en el Puerto Viejo de Algorta, en Getxo. Dicho edificio está a la venta y la preocupación de los vecinos viene cuando parece ser que el nuevo propietario podría, si quisiera, cerrar los bajos, vamos, cerrar el pórtico del Etxetxu.
Un vecino comentaba que él ha nacido en el Puerto, igual que sus padres y abuelos y que siempre han pensado que al menos los bajos eran municipales. Dice esto porque constantemente ha sido el Ayuntamiento de Getxo quien ha pintado las paredes, arreglado los asientos, quien ha puesto la iluminación y sacó la ventana que da al mar. Así mismo, ha sido testigo de cómo hace años fueron los operarios municipales quienes arreglaron y pintaron la fachada que da al mar con grandes grúas y los encargados de reparar el tejado. Esto querrá decir que el Ayuntamiento de Getxo tendrá alguna responsabilidad con el edificio.
El pórtico a que nos referimos no es un pórtico cualquiera ya que por él ha transcurrido gran parte de la historia de Getxo.
Se construyó alrededor de 1612 y en el se reunía una de las primeras asociaciones de Getxo, la Cofradía de Pescadores el cual tenía carácter además de religioso de sindicato, al frente de la Cofradia estaba el Mayordomo. Con el paso del tiempo la Cofradia se fue consolidando y se convirtió en un poder económico administrativo paralelo al municipal. Muchos de aquellos cofrades eran económica y culturalmente los mas influyentes y su lugar de decisión era en éste pórtico.
Éste edificio denominado “Etxetxu” constaba de un espacio inferior abierto al camino de subida desde el Puerto y su piso superior fue sede de la Sociedad de Prácticos “Lemanes”.Los pilotos lemanes eran los encargados de guiar con sus traineras a los barcos que entraban en el puerto de Bilbao para evitar que encallaran en la temida barra de arena a la entrada de la ría.
Pasó a acoger a la Escuela de Pilotos e incluso fue Ayuntamiento de Getxo al terminar la Primera Guerra Carlista hasta que a finales del siglo se construyó la Casa Consistorial adosada a la nueva Iglesia Parroquial de San Nicolás de Bari en la parte alta de Algorta. Posteriormente siguió siendo el lugar de reunión de los prácticos lemanes y vecinos del pueblo.
Los últimos propietarios fueron Mª Cruz Esesumaga, “La Pipis”, y su esposo. Mª Cruz, nacida en esta casa y dedicada profesionalmente a la venta de pescado.
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