El emblemático Edificio Sota, situado en la Gran Vía de Bilbao, se ha sometido a una profunda reforma interior con la renovación y completo rediseño de sus instalaciones y espacios interiores. Con esta reforma, que ha supuesto una inversión superior al millón de euros y que ha abarcado una superficie de más de 13.500 metros cuadrados, se renueva un edificio histórico en puertas de su centenario (1919-2019) y adapta su uso a las nuevas necesidades del siglo XXI.
Así, contará con cuatro salas modulares que se pueden alquilar de forma conjunta o individual, y que incluyen sistema audiovisual y servicio de coffe-break y catering, para celebrar eventos, reuniones y todo tipo de jornadas empresariales. Las salas están gestionadas por YIMBY, que suman así un tercer espacio en la villa para la celebración de eventos tras la puesta en marcha de su sede en la calle Ercilla y de YIMBY Street en Rampas de Uribitarte.
De esta forma, el Edificio Sota se hace un hueco en el nuevo Bilbao, fusionando pasado y presente y convirtiéndose en un referente por su diseño, tecnología y la nueva oferta de espacios para empresas.
En definitiva, la reforma del edificio diseñado por el arquitecto Manuel María Smith ha supuesto contar con espacios renovados, más amplios y mejor acondicionados. Los trabajos de mejora han afectado al portal, las salas modulares, los distribuidores de planta, los aseos y las escaleras, ya que la fachada ya fue cuidadosamente restaurada en 2009.
La obra ha sido dirigida por el estudio de decoración ROSITA, que se ha inspirado en el estilo que el arquitecto Manuel María Smith infundió al edificio, así como en los acabados y materiales que se utilizaban en este tipo de edificios a principios del siglo XX. “He intentado transportarme a esa época y acercarme lo máximo al estilo de la fachada de este emblemático edifico, que es lo que nos queda intacto del diseño original”, explica el autor de la reforma Juan Marchante.
El edificio se ha decorado además con muebles, lámparas y objetos de otras décadas más cercanas para enriquecer aún más el proyecto final. “He querido inspirarme en diseños que han influido desde la fecha de la construcción hasta ahora, pero manteniendo el alma del estilo del arquitecto en lo sustancial”, añade el decorador.
El arte de Mariscal y Javier Romero
El portal del Edificio Sota ha sido el eje sobre el que ha girado la reforma y se ha convertido en lobby de bienvenida, con una imagen elegante y acogedora, amplios servicios de recepción y espaciosas zonas de estar.
Destaca en este espacio el monumental lienzo “Bilbao”, obra del conocido diseñador Javier Mariscal. En este mural, de 3,5 metros de largo, el pintor quiso plasmar su visión particular sobre la transformación que se estaba produciendo en la ciudad bajo un estilo entre ‘Pop Art’ y ‘Constructivista’, donde se pueden identificar la grúa Carola, la red de transportes urbanos con el ‘azulito’, el trolebús rojo, el arte con el Guggenheim, el ocio con los cafés, etc.
Pero el arte del Sota no se quedará aquí, y subirá hasta la primera planta con la exposición “La piel del Sota” del artista Javier Romero. Esta muestra está compuesta por ocho lienzos de grandes dimensiones en los que se plasman detalles del inmueble recogidos en formatos que, en todos los casos, superan los dos metros de anchura y que denotan una visión íntima y muy personal del artista.
Historia del Edificio Sota
El Edificio Sota fue construido en 1919 por el conocido arquitecto Manuel María Smith como residencia de la burguesía bilbaína de principios del siglo XX. Tiene un estilo regionalista, con influencias montañesas, y destaca su fachada, compuesta de galerías con arcos, aleros y ventanas ricamente ornamentadas.
Toma el nombre de su promotor, Ramón de la Sota, ilustre naviero vizcaíno y fundador de Astilleros Euskalduna, a quien el gobierno británico concedió el título de Sir por la ayuda prestada con sus buques a la causa aliada tras la Primera Guerra Mundial.
Aunque en un principio se pretendía edificar en toda la manzana, con callejón particular y jardines interiores, la propuesta no prosperó. Tras sufrir una profunda remodelación, en la actualidad el edificio alberga oficinas y locales comerciales.
El arquitecto desplegó todo su ingenio en este proyecto y consiguió uno de los edificios de estilo montañés de más renombre, en el que aparecen muchos de los detalles decorativos típicos, como las torres, los grandes aleros de madera tallados, los escudos ornamentales o la alternancia de cuerpos salientes de miradores acristalados con otros de ventanas y bancos, creando un cuidado juego de luces y sombras.
Arquitecto de renombre
El primer proyecto del arquitecto bilbaíno Manuel María Smith (1879-1956) fue la casa de Restituto Goyoaga en 1904, a la que siguieron las casas de la Sociedad de Terrenos de Neguri. Pronto tuvo clientes importantes de la sociedad bilbaína para la edificación de grandes residencias y edificios públicos. El período álgido de su trabajo fue entre 1912 y 1930, con un gran número de proyectos firmados y mansiones construidas.
Entre sus múltiples trabajos destacan la Estación de Atxuri de Bilbao; la casa de Carlos Lewison en Neguri (Getxo); la casa de Luis Arana en Zugazarte (Getxo); el Palacio Artaza de Víctor Chávarri en Leioa; el palacio de la familia Martínez Rivas, en Algorta; la casa de Emilio Ybarra en Getxo; el palacio de Luis Lezama Leguizamón también en Getxo, y un gran número de edificios destacados, como el céntrico Hotel Carlton de Bilbao o el proyecto original de San Mamés.
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