Emilio Sagi, Karmele Goñi, Txetxu Rojo, Juan Mari Aburto, Joseba Alberdi Basterretxea, Hugo Baroja, Nikole Bayo, Marta Bayo y Alfonso Santiago. Fotos: Pablo Viñas
SE nos escapa a gritos ese orgullo de ser bilbainos y bilbainas”. Si el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, hubiese lanzado un irrintzi al acabar esa sentencia con la que saludó a los nuevos seis Ilustres de Bilbao se inunda de lágrimas el Salón Árabe del Ayuntamiento de Bilbao. No en vano, la tarde de los abrazos se vivió a flor de piel. Y si la historiadora y etnógrafa Karmele Goñi agradecía la distinción en euskera con timbre temblón en la voz y un brillo en los ojos, a Txetxu Rojo le bailaban los labios al recordar cómo estuvo “siempre donde quise estar” (el propio alcalde recordó sus 17 años de fidelidad y su carácter de “mito, de gran capitán”, al recordar que “casi me pegué de joven por defenderle...”) y evocar sus primeros años de técnico, “con los niños que te miraban de aquella manera, con los ojos abiertos y ganas de preguntar. Aquello era puro Athletic”. Nikole Bayo, en nombre las pastelerías Martina de Zuricalday, también se estremeció al recordar “las seis generaciones de la familia” que han trabajado “en un lugar mágico gracias a Martina, una mujer que hizo dulces cuando ni siquiera podía abrir una cuenta en el banco” y pregonar a los cuatro vientos que “Bilbao no existe sin dulces”, y Emilio Sagi admitió que casi se atraganta al recibir la llamada del alcalde. El director del Teatro Arriaga, que anuncia su inminente marcha, agradeció “al pueblo de Bilbao haber mantenido en pie el teatro 125 años, tanto ante la ópera contemporánea más abstrusa al cabaret”.
Ya ven, Alfonso Santiago, se sumó al clan de los agradecimientos confesándose “hombre de equipo que se entrega a tanto que a veces se olvida de vivir” antes de agradecerle a Marcos Muro su apoyo incondicional a la cultura. “Si hubiese muchos marcos el mundo sería mejor”, dijo. Brotaban los discursos desde el hondón del alma, desde ese mismo balcón del que habló Hugo Baroja, presidente de Gorabide, y al que se asomó Joseba Alberdi Basterretxea para pronunciar, desde su condición de ser humano “sin adjetivos”, como lo definió el propio alcalde, aquellas palabras. “No somos tan guapos como Jon Kortajarena, ni tan marchosos como Fito Cabrales (...) Pero queremos a Bilbao y sentimos que Bilbao nos quiere.” Lo dicho: quien no se emocionó es porque tiene el corazón de piedra.
A ni uno solo de los presentes puede acusársele de ello, de ser de plomo. A la cita con este tradicional encuentro navideño en el que Bilbao abraza a los suyos acudieron en tropel. Cómo no hacerlo si el propio Juan Mari recordaba a los homenajeados que “otros hombres y mujeres os han precedido con honor, con valor y con amor. Pero sobre todo con amor. Amor a Bilbao”. Se ama a la gente que ama.
Entre los asistentes se encontraban la inmensa mayoría de la concejalía y políticos que cortan y confeccionan el Bilbao de hoy para que luzca mañana, Ibon Areso; el presidente del TSJPV, Juan Luis Ibarra; el fiscal superior del País Vasco, Juan Calparsoro; el bilbaino más universal que aún vive, Joaquín Achúcarro, acompañado por Enma Jiménez, Ignacio Erice, José Ángel Rojo, ‘Pekele’; Marta Bayo, quien acompañó a Nikole en el estrado; Pedro Luis Uriarte, Carmen Muñoz, Emiliana Uranga, Guadalupe Gutiérrez, Hipólito Suárez; el rector de Mondragon Unibertsitatea, Vicente Atxa; el director general de IMQ, Miguel Ángel Lujua, Asis Canales, Asier Atutxa, José Ángel Corres,vicepresidente del Athletic; Fernando Otxoa, Dani, Miguel Gutiérrez, Josu Bergara, Josu Ariztondo y una legión de admiradores de Bilbao y sus gentes.
A la cita se sumaron el presidente de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, Juan Goiria; el presidente de BBK, Xabier Sagredo; Virginia Berasategi, Gorka Martínez, Antonio Barandiaran, alma, corazón y vida de La Misericordia; Carolina Pérez Toledo, Matilde Elexpuru, María Caballero, Yolanda Aberasturi, Guillermo Malaina, las actrices Gurutze Beitia e Itziar Lazkano, Andoni Olivares, el director del Museo de Bellas Artes de Bilbao, Javier Viar; Fernando Lamikiz, la diseñadora Mercedes de Miguel, Txema Franco, el presidente de la Fundación Sabino Arana, Juan Mari Atutxa; Irune Zuluaga, Juan Mari Sáenz de Buruaga, José Antonio Zarate, Javier Ortega, Miguel Martínez, María Jesús Agirre, Gotzone Madariaga, Juan Carlos Mendizabal y un buen número de actores principales y de reparto, de apuntadores y tramoyistas; de acomodadores y gente de la taquilla. De todo el pueblo que hace de Bilbao la mejor obra de teatro de nuestra vida.
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