El invierno puede ser también un buen momento para acercarse a la costa vizcaína y disfrutar, sin aglomeraciones, de otras actividades más allá de sus playas. Mundaka, antiguo puerto pesquero a unos 40 kilómetros de Bilbao más conocido hoy entre los surfistas de todo el mundo por su famosa ola izquierda, acoge este mes el Aratuste, una de las fiestas de carnaval más originales y atractivas del País Vasco.
Hombres y mujeres celebran el carnaval por separado: ellos, los atorrak, vestidos de blanco de los pies a la cabeza (la indumentaria típica incluye una funda de almohada en la cabeza), salen por la mañana, y ellas, las lamiak, de negro riguroso, con la cara maquillada y una peluca blanca cual brujas espectrales, lo hacen por la tarde. Durante todo el día ambos grupos animan las calles de la localidad con bailes y pasacalles.
Entre la ronda de las comparsas masculinas y las femeninas de la tarde podemos aprovechar para recorrer el pueblo, situado en plena reserva de la biosfera del Urdaibai, uno de los rincones más bonitos de Euskadi: pasear por el puerto, animado por el colorido de las tradicionales embarcaciones pesqueras y las balconadas de los edificios, desde el que parten las intrincadas callejuelas del casco antiguo; visitar la iglesia de Santa María y la ermita de Santa Catalina, en una ubicación imponente junto al mar; caminar por la pequeña playa de Laidatxu, rodeada de bosques; o entrar en la Biblioteca, que a lo largo de los siglos fue también matadero, lonja de pescados y hospital de peregrinos del Camino de Santiago.
Para comer, el restaurante asador Portuondo, instalado en un acogedor caserío rehabilitado con vigas de madera y chimenea, ofrece unas vistas panorámicas excepcionales sobre la ría de Mundaka, el mar, la playa y el verdor de la montaña, además de una cocina tradicional con toques de modernidad basada en pescados y carnes de primera calidad: rodaballo, almejas, exquisitas kokotxas o un chuletón a la piedra servido en la mesa sobre una parrilla para que el comensal lo cocine al gusto. Portuondo incluye además El Txakolí, una terraza más desenfadada con una carta al estilo de las cerveceras y un camping con coquetos bungalós de madera sobre el mar.
A 5 minutos de Mundaka se encuentra la histórica villa de Bermeo, también de tradición marinera, antigua capital del Señorío de Vizcaya anterior a Bilbao y cuna de valerosos balleneros, tal y como nos sigue recordando su blasón. Bermeo cuenta con atractivos como la ermita de San Juan de Gaztelugatxe, la torre Ercilla (hoy Museo del pescador), la Puerta de San Juan, su casco antiguo, la Atalaya o el puerto, pero tienta además con una interesante visita gastrocultural: la fábrica de conservas Zalloofrece tours guiados por sus instalaciones que permiten ver de cerca cómo las mujeres siguen trabajando el pescado de forma tradicional. El recorrido incluye una pequeña degustación y la oportunidad de comprar sus grandes especialidades: anchoas del cantábrico y bonito del Norte. Con propuestas así, ¡quién necesita el sol!
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