martes, 30 de diciembre de 2014

Agirregoikoa cuestiona las distintas definiciones de cultura




Tras la Bienal de Sao Paulo (Brasil), que le ha restado gran parte de sus energías en 2014, Juan Pérez Agirregoikoa recala una vez más en Bilbao. Hasta el 31 de enero la galería Carreras Mugica muestra dos animaciones suyas que ya se exhibieron en el Museo Reina Sofía de Madrid, hace dos años: The culture lovers y Eraser, dos vídeos que hablan de lo mismo pero desde ángulos distintos, tal y como desvela el artista: “Se trata de reflexionar sobre el concepto de cultura que heredamos, sobre las diferentes formas de manifestarse, sobre su caducidad, sus funciones, las mentiras que hay detrás de eso”. “Para mí -explica el donostiarra- la cultura es una gran putada que nos vamos pasando de padres a hijos. Como transmisión es terrible. Lo asumes o vas contra ello, pero es difícil evitar eso. Tus padres te intentan educar de una forma, luego llegas tú y dices que no, que no quieres eso para tus hijos, y haces otra cosa, y ellos harán otra distinta... Y nos cuesta despegarnos de todo eso que nos han inculcado”, apunta Agirregoikoa.
El artista parte de la experiencia propia, y en la pieza The culture lovers, por ejemplo, trata de desenmascarar “la ilusión antisistema de subculturas juveniles supuestamente alternativas como la de los skaters, en realidad plenamente integradas y mercantilizadas. Creen que están haciendo cultura y lo que hacen es mercado. Yo he sido skater, pero lo que hacíamos nosotros no tenía nada que ver con lo de ahora”. 
Mientras, en Erased relaciona el acto de destrucción de los Budas de Bamiyan por parte de los talibanes, en 2001, con un gesto ya mítico, el realizado por el pintor estadounidense Rauschenberg al borrar, en 1953, un dibujo de De Kooning, supuestamente para convertirlo en otra obra. “Pero fue un acto poético, tal y como reveló él más tarde”, aclara Agirregoikoa. “La gente pensaba que era un gesto contra el expresionismo abstracto, pero era poesía”. 
“Cuando pensé en la destrucción de los budas me acordé de la frase de Marx, todo lo sólido se desvanece en el aire, todo lo sagrado es profanado, porque es falso marxismo: destrozaban lo sólido y profanaban lo sagrado, sí, pero para sustituirlos por otro tipo de creencias o para establecer otro orden cultural. Lo que para unos es cultura para otros es salvajismo”, manifiesta Agirregoikoa.
La obra tiene también detalles burlescos, como una exhibición de artes marciales o la presencia de personajes que parecen salidos de la serie Comando G. El artista matiza sobre este aspecto: “Es verdad que la obra tiene ironía, pero detrás siempre estoy hablando de cosas serias y hasta dramáticas”.
SIN ESTILO
Tras su paso por la Bienal de Brasil, el donostiarra ya piensa en su próximo proyecto. “No quiero repetirme, no quiero tener un estilo. Reflexiono sobre cosas que me preocupan o que me afectan, pero cada proyecto es como un problema solucionado, ya no es mío, es como quitarse un peso de encima. El próximo proyecto que tengo en mente se conformará en torno a la República de Platón, es decir, en cómo gobernar. Los proyectos anteriores ya los he abandonado, incluido este”.
Además de las animaciones de Agirregoikoa, la galería bilbaina expone también una amplia muestra de piezas de Pello Irazu (Andoain, 1963), que podrán visitarse hasta el 20 de enero.

viernes, 26 de diciembre de 2014

Lyon quiere su ‘efecto Bilbao’ con el Museo de Confluences





EN 1999, Lyon estableció conversaciones con el entonces director de la Fundación Solomon R. Guggenheim, Thomas Krens, para abrir un nuevo Guggenheim. La ciudad francesa quería su efecto Bilbao. El poder de atracción turística que el museo había demostrado poseer en la capital vizcaina hizo que el alcalde de Lyon, el antiguo primer ministro Raymond Barre, estuviera dispuesto a desembolsar 2.000 millones de francos (unos 50.000 millones de pesetas) para levantar un gran edificio que acogiese una colección propia y los fondos de la red Guggenheim. La ciudad gala ya contaba con un excelente museo de arte contemporáneo y con la Halle Tony Garnier, un gran espacio artístico, pero aspiraba a lograr un impacto urbanístico y económico similar al obtenido en Bilbao con el Guggenheim. Las negociaciones no llegaron a buen término y Lyon no superó el complejo que le causó la inauguración del Guggenheim Bilbao. El fantasma del Guggenheim le ha perseguido durante todos estos años. 
Aparcada la posibilidad de contar con un nuevo Guggenheim, Lyon ha buscado su proyecto cultural estrella. El reto consistía en transformar un territorio que durante mucho tiempo ha sido dedicado al uso industrial en uno de los nuevos centros neurálgicos de la comunidad urbana lionesa o Grand Lyon. Así surgió el Museo de Confluences, que acaba de abrir sus puertas, tras más de diez años de retraso y un coste cuatro veces mayor que el presupuesto inicial. 
Ubicado en una península donde se produce el encuentro de los ríos Ródano y Saona, ha hecho falta una inversión de 17 millones de euros anuales durante quince años para abrir las puertas de este edificio, que ha sido concebido por el gabinete austríaco Coop Himmelb(l), que dirige el arquitecto Wolf Dieter Prix, uno de los estandartes de la escuela deconstructivista de la que Gehry es un destacado representante. El imponente edificio, bautizado como La nube, porque recuerda a una nave espacial de La guerra de las galaxias
“Teníamos la posibilidad de elegir una arquitectura más clásica, pero nos dejamos llevar por el fantasma de Bilbao”, confesó el vicepresidente del Consejo General del Departamento del Ródano, Jean-Jacques Pignard. Pero los responsables del museo son conscientes de lo que supone marcarse como listón el éxito obtenido por el Guggenheim bilbaino, por ello, la directora del Museo de Confluences, Hélène Lafont-Couturier, rebaja las expectativas y asegura que aspiran a atraer a medio millón de visitantes al año. Desde que abrió sus puertas, por el Guggenheim Bilbao han pasado más de 17 millones de visitantes, lo que supone una media de un millón de personas al año. 
“Nuestro objetivo es, al menos, estar a la altura del Louvre de Lens y el Pompidou de Metz”, señaló la directora del Museo de Confluences en referencia a otros dos centros de arquitectura rompedora que se han abierto recientemente en Francia.
La originalidad del concepto del Museo de Lyon reside en la confluencia de disciplinas, épocas y civilizaciones con un hilo conductor: la aventura humana. En sus 23.000 metros cuadrados de superficie conviven cuatro exposiciones permanentes denominadas OrígenesSociedadesEspecies y Eternidades en las que se exponen meteoritos, minerales, animales embalsamados, máscaras rituales, dinosaurios, IPhones, sarcófagos egipcios... El museo posee una colección de más de dos millones de piezas, aunque solo se exponen al público 4.000. 
EL MILAGRO GUGGENHEIM Desde que abrió el museo bilbaino, urbes de todo el mundo se han lanzado a la construcción de edificios de autor buscando el tan ansiado efecto Guggenheim. En el Estado, en la última década se ha entablado una guerra feroz por contratar a un arquitecto estrella que emule el milagro de Gehry en Bilbao. Así, Valencia optó por Calatrava; Santiago de Compostela, por Eisenman; Zaragoza, por Zaha Hadid; Avilés, por Niemeyer... Pero, la crisis ha tocado de lleno a estas grandes infraestructuras culturales convirtiendo estos proyectos estrellas en estrellados.
Otras ciudades han intentado contar directamente con un museo de la marca Gugenheim. Tal y como confesó a este periódico el director de la Fundación Solomon R. Guggenheim de Nueva York, Richard Armstrong, “cada día nos llama alguien para preguntarnos por el efecto Bilbao. Y en los últimos años, 25 ciudades me han pedido seriamente un Guggenheim como el de la capital vizcaina. La mayoría son urbes que quieren o necesitan una regeneración, pero no todas pueden tener un Guggenheim. Además, no interesa tener cientos de museos Guggenheim en todo el mundo. Preferimos tener menos, pero potentes”. 
De momento, la única candidatura seria es la presentada por Helsinki. En la actualidad, el proyecto finés se encuentra en fase de concurso arquitectónico y próximamente serán las autoridades finlandesas las que tendrán que decidir si quieren seguir adelante o no con el proyecto.

lunes, 22 de diciembre de 2014

LA RESTAURACION EN GETXO, EL JOLASTOKI -II-




Siguiendo con la historia de uno de los centros gastronómicos por excelencia de Getxo, a continuación veremos la evolución del merendero de Neguri, que de las manos de las hermanas Olaizola y de su hijo y sobrino Sabino, lo convirtieron en uno de los restaurantes emblemáticos de Bizkaia. 
 
El momento álgido fue en 1969. Los cónyuges tenían ya perfilada la idea de los que iba a ser “Jolastoki”. Sabino era un buen dibujante. Esbozó los diseños del nuevo local e ideó su decoración. Deciden cerrar, lo que era una terraza, que era la fachada que da a la calle del antiguo restaurante, sobre la que colgaba el cartel “Jolastoki Jatetxe”. En ella instalaron unos bancos, copia de los existentes en la población lapurtarra de Ainhoa. Fue la época de sus platos estrella (lubina a la pimienta verde, los pasteles de kabrarroka, el pastel de esparragos, txipirones encebollados y la caza). Sus platos preferidos eran los de caza, Jabalí y venado asados. 

 
El local les quedó pequeño y la exigencia de los comensales era cada vez mayor. Así que en 1984 se trasladarían a su actual ubicación, un edificio-chalet de estilo vasco, que había sido propiedad de la familia Zubiaga, en el que realizarán una amplia reforma. Y al que dieron una maravillosa decoración, nacida de, además de los conocimientos que sobre arquitectura había adquirido Sabino en Bilbao, sus constantes viajes a Francia e Inglaterra, de donde importaron ideas y detalles; en palabras de Begoña “...teníamos poquito dinero pero muchas ganas, así que realizamos aquella decoración entre nosotros...,....siempre hemos aprendido mucho de las personas que saben, al buen profesional hay que sacarle astillas, de el aprendes mucho...,...los restaurantes franceses me volvían loca, eran tan Gozos, de tanto sabor...”; pero también en Neguri aprendía “...cuando iba a las casas de aquí, a las que me mandaba mi suegra para preparar banquetes o despedidas, venía con fiebre, !tal era el ansia por aprovechar aquellas ideas de decoración que veía en ellas!...”. En 1996 Begoña Beaskoetxea recibiría el reconocimiento, dentro de los Premios Nacionales de Gastronomía, como mejor Directora de Sala.


Con el fallecimiento de Sabino Arana Olaizola (1997), llegamos a la tercera generación de los Arana en los fogones del Jolastoki, esta vez con la presencia de su hijo Sabino Arana Beskoetxea “Sabin”. Para entonces ya llevaba 11 años en el restaurante. Antes pasó por las cocinas de “El Racó de Can Fabes” de Sant Celoni (Barcelona), en el “Restaurante las rejas” en las Pedroñeras (Cuenca). Enriquece sus conocimientos de cocina realizando practicas culinarias por diversos países (Amsterdam, Boisse, Milán, Nápoles, Miami, Nueva York,…). 
 
Sabin es miembro fundador de la Asociación de Cocineros Bizkainos “Geugaz Jan”, que nació con la pretensión de promocionar y defender la gastronomía de Bizkaia. En 1998 sus hijos Itxaso y Sabin fueron elegidos Jóvenes Valores de la Cocina del País. 

 
A lo largo de la vida del “Jolastoki”, en los dos espacios que el mismo ha ocupado, raro sería que sus moradores no tuvieran su rinconcito preferido, y así es, en el antiguo restaurante, para Begoña: “...en aquel lugar, teníamos un pequeño rincón, era de piedra con una chimenea, más bien un simulacro de chimenea, ya que no se podía encender, el sitio era una monada...,...en el actual, a mi lo que más me gusta es la terraza, el comedor del jardín, tiene un encanto especial...,...pero arriba del edificio, donde hemos realizado la última obra, tengo un lugar donde suelo subir a hacer vainica, o a leer el periódico, es mi lugar de relax...,...aunque el lugar con mayor personalidad de la casa sea el salón, es coqueto y acogedor...”; y no puedo estar más de acuerdo con su dueña, es un lugar confortable, rodeado de recuerdos, presidido por un retrato de los dos Sabinos (Padre e hijo).




En uno de sus laterales, sobre una amplia chimenea de fuego bajo, bellamente adornada con motivos navideños, están los escudos familiares de los Arana-Beaskoetxea. Frente a ellos, a la derecha de dos preciosos relojes de carillón, sobre una repisa, como escondido, descansa el trofeo conseguido Itxaso Arana en 1997 “La Nariz de Oro”. 
 
Actualmente no faltan en la cocina del “Jolastoki” los productos que a lo largo de los años le confirieron personalidad, con los que escribieron las paginas que le dieron renombre: desde la deliciosas croquetas de pimientos verdes al ragú de vieiras; o esas exquisitas almejas con arroz de verduras y sus inigualables txipirones a la plancha con cebolla confitada, qué decir de sus caracoles a la bizkaina y sus asados de becadas, palomas torcaces que suelen salir asilvestrada y sangrante, y sus deliciosas tórtolas, obras de auténticos alquimistas de la cocina. 

  
Detentadores de muchos merecidos premios y reconocimientos, uno de ellos fruto de las innumerables visitas, acompañando a su padre Sabino Arana por bodegas de todos los países, lo disfruta orgullosa Itxaso Arana, reconocida como la “Primera Mujer Sumiller de Euskadi”, recibiendo en 1997 el primer premio en el campeonato de Sumillers de Bizkaia. Pero sobre todo el de “Nariz de Oro” en el 2003, fecha en la que resultaría vencedora, en una final celebrada en Madrid, convirtiéndose en la segunda mujer que lograba alcanzar ese galardón. 




Ya han pasado 93 años desde que el viejo merendero abriera sus puertas de la mano de Bixenta Olaizola y sus hermanas, que más tarde continuaría su hijo Sabino Arana con su esposa Begoña Beaskoetxea, quienes supieron transmitir ese bello lenguaje de la gastronomía a sus hijos Itxaso y Sabin, quienes junto a Arantza, la mujer de éste último, han trasladando con su buen hacer una amplia oferta, que va desde los menús del día hasta una sugerente carta, en la que no podía faltar el plato que en su día bordaran su amona y hermanas: “La Caza”.

LA RESTAURACION EN GETXO, EL JOLASTOKI -I-




Al hablar de la restauración en Getxo es obligado hacerlo del Restaurante Jolastoki, un buen centro del buen yantar. Abrió sus puertas en 1921. Lo hizo de las manos de unas, aún incipientes, aunque no inexpertas cocineras gipuzkoanas, las hermanas Olaizola. Le seguirían en la profesión, años más tarde, su hijo y nietos, pero vayamos por orden. 
 
Las hermanas Olaizola, formaron parte de una larga prole. Fueron en total 11 hermanos, hijas de un trabajador de Iberduero José Francisco Olaizola Beldarrain y de Josefa Manuela Uranga Arteche. José tenía gran movilidad debido a su trabajo, por lo que no es de extrañar, que alguno de sus retoños, nacieran en Zestoa, Lasare-Oria, incluso en Zumaia.

VAQUERIA DE JOLASETA
 
La primera de las hermanas en llegar a Getxo fue Maria Olaizola Uranga (Usurbil), que lo hizo sobre 1915. Su primer lugar de trabajo fue una casa de Bilbao. Poco más tarde vendría a Algorta, a la “Casa Barco”, allí trabajó para los Duques de Medinacelli como cocinera. Poco a poco fue trayendo a sus cinco hermanas a Algorta, trabajaron en diversos lugares como cocineras y doncellas. Uno de aquellos trabajos lo realizarían en la antigua “Vaquería de Jolaseta”. 
 
Eran mujeres de gran iniciativa. En el año 1921 Maria, junto sus hermanas Bixenta y Mertxe abrirán un merendero al que darán por nombre “Jolastoki”. Estaba situado en Neguri, frente al actual “Parque Gernika”, donde años más tarde estuvo el conocido “Restaurante Jolastoki”, y más tarde el “Aitor”. En aquel momento la auténtica experta en las lides de cocina era la mayor de las hermanas “Maria la Gipuzkoana”, nombre con el que era conocida popularmente, que tuvo una fonda en Algorta. 

Bixenta Olaizola
 
Si embargo, fue una de las hermanas, “Bixenta Olaizola”, la que daría lugar a la saga de los “Arana”. Esta mujer trabajó, antes de la guerra en el antiguo Batzoki de Algorta, junto a su marido Celestino Arana Gasteluiturri. Eran los comienzos de Neguri, cuya idea se había fraguado en 1903 de la manos de Jose Isaac Amann, constituyendo junto a Enrique Aresti y Valentín Gorbeña en marzo de 1904 con el nacimiento de la Sociedad de Terrenos de Neguri. El comienzo de aquellas urbanizaciones señoriales, vio llegar a innumerables gremios de constructores, tapiceros y carpinteros, que comían en aquel merendero. Otros de sus asiduos visitantes eran lo que se denominaba como “los señoritos de Neguri”, que iban pasar sus ratos de ocio y a echar sus partidas de cartas entre aquellas paredes, “...!era un lugar muy divertido!...”. Dicen que otros de ellos eran, también “señoritos”, estos procedentes de importantes familias bien situadas de Bilbao, que venían a casarse con las “señoritas de Neguri”. 
 
Al frente de los fogones estaban Bixenta y Mertxe, trajeron a su hermana Carmen para que les ayudara. Contrataban a jóvenes de los alrededores para completar la plantilla. Su cocina era la clásica de la época, sembrada de esos exquisitos platos tradicionales (Txipirones, merluza en salsa, bacalao, tripakallos,...), pero enriquecida por los conocimientos adquiridos en casa de los Medinacelli (gallina trufada, sopa bullabesa y otras exquisiteces). Uno de los platos que más fama les aportó fue la caza (Perdices, sordas,...), de ellas se decía que eran muy buenas salseras. El marido de Bixenta, que trabajaba en la “Aurrera” de Barakaldo, solía ayudarlas en la barra en sus ratos libres. 

  
Este matrimonio tendría un hijo: Sabino Arana Olaizola(1935-1991), quien en 1953 emprenderá la primera reforma del merendero convirtiéndolo en el “Restaurante Jolastoki”. El sería quien durante los años 60-90 daría fama a ese establecimiento, haciendo del mismo un lugar de obligada parada gastronómica. Bixenta enferma, y será su hijo Sabino Arana Olaizola quien se hará cargo de la dirección del antiguo restaurante, desarrollando sus conocimientos como cocinero. Aunque su primera profesión fue la de delineante, trabajó con el arquitecto bilbaino Francisco Hurtado de Saracho. Fue la insistencia de su madre, quien le animaría a abrazar los fogones, quien le repetía constantemente: “...en la oficina con tu jefe vas a ser uno más, y aquí serás tu solo quien guíe tu vida...”, dicen que ya entonces era un hombre de un gusto exquisito en la cocina, !Que regalo nos hizo Bixenta al dirigirlo a los fogones!. 

Poco después en 1961 se casaría con Begoña Beaskoetxea del “Txakoli Artebakarra”; que había trabajado en Bilbao en los restaurantes “Txakoliña” y “La Gernikesa”. Aquel cambio supuso crecer, entrar en una nueva fase, que evolucionó el restaurante y en esos cambios también lo hizo su cocina. Las hermanas Olaizola, como ya he comentado eran muy “salseras”, hacían la caza estofada. Sabino fue cambiando la antigua manera de hacer, convirtiéndola en algo más exquisito, de menor elaboración, ya no eran las salsas el fuerte de aquella cocina. Su cocina seguía las épocas del año, dio paso a una innovación en sus platos con el asado de la caza, Becada, Perdiz, el Perdigón (la perdiz cría). Aquella evolución, fruto de sus continuas visitas a los restaurantes de los mejores chefs franceses (Gérard Boyer y Joel Robuchon,...), trajo las formas de hacer de aquellos artistas de la cocina gala a sus fogones, logrando llevar a “Jolastoki” a ser uno de los referentes de la cocina de Bizkaia. Siempre fue un restaurante familiar. Trabajaban Sabino en la cocina con su tía Mercedes, Begoña en el comedor e Itziar en la cafetería. 

 
 
Pero aquel viejo restaurante no solo fue lugar del buen yantar. En su parte superior tuvieron una pensión, que fue visitada por innumerables personajes. Uno de ellos, quizá uno de los más entrañables que pasó por allí en los años 50, resultaría ser un joven alemán, de nombre Stefan, hombre bohemio, pintor realista, utilizaba sus cuadros como moneda cuando estaba escaso de fondos para pagar sus estancias. Aquellas paredes vieron pasar a personajes célebres como el madrileño Muguiro o los santanderinos Errandonea, en opinión de Begoña: “...era una casa interesante, casi interclasista, lo mismo estaba el chófer que el señorito...”. 
 
En la próxima entrada veremos como fue la evolución de aquel restaurante así como su cambio al actual chalet en donde se encuentra ubicado. 

sábado, 20 de diciembre de 2014

La Regata del Gallo, mañana en El Abra






Las aguas del Abra acogen un año más por estas fechas una de las regatas más espectaculares y participativas de la vela en el Cantábrico. La clásica y masiva Regata del Gallo es, en plena Navidad, uno de los referentes del deporte vizcaíno durante esta época vacacional. La impresionante estampa de 80 cruceros navegando bajo el Puente Colgante, con sus grandes velas de color desplegadas al viento, es retratada por los muchos aficionados que se apostan en ambas orillas de la Ría.
Mañana, a partir de las 12 horas, y si las condiciones del tiempo lo permiten, alrededor de un centenar de embarcaciones de la clase crucero y de la clase J 80 partirán desde la dársena de la Benedicta de Sestao para cruzar el emblemático puente de Bizkaia. Desde este punto tan especial y único, las tripulaciones navegarán ya hacia las aguas del Abra, donde completarán un recorrido de unas 10 millas para decidir a los últimos ganadores del año. El paso por el mítico puente resulta siempre de lo más espectacular y es una estampa maravillosa.
Esta prueba resulta una de las más esperadas por todos los regatistas -aproximadamente unos 400-, que posibilitan que esta Regata del Gallo sea la prueba más concurrida de cada temporada de vela junto a la Regata a la Inversa del 1 de mayo. El punto final del calendario de regatas de 2014, programado por el Real Club Marítimo del Abra-Real Sporting Club, es de lo más interesante y sugerente. Por ello, muchas personas se ubican en las orillas de Portugalete y de Las Arenas para fotografiar este fabuloso grupo de barcos. La instantánea más buscada por todos es el paso inicial de la regata por el Puente Colgante antes de enfilar el Abra.
Casi toda la flota vizcaína estará presente mañana 20 de diciembre en una regata cuyo colofón tendrá lugar después en el Real Club Marítimo del Abra-Real Sporting Club, con una alubiada y la entrega de premios de algunas de las regatas sociales del año. También se conocerá en quien recae el Premio Gallo, a la tripulación o regatista más destacados del año 2014, y el Premio Pata, a quien sea escogido por cometer la pifia que más ha dado que hablar en este deporte de la vela durante las competiciones de esta temporada que ya termina.
Los ganadores finales del año pasado fueron el ‘Taranta’ de José Luis Ribed en la clase A, el ‘Gaitero’ de Juan Valdivia en la B, el ‘Aizian’ de Pedro Hernández Zayas en la clase C y el ‘Punto Marinero Eskarra’, ahora ‘Biobizz’ de José Azqueta en la clase J 80.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Claro que se puede Bilbao defiende la ruptura con la política tradicional




La candidatura Claro que se puede Bilbao al Consejo Ciudadano de Podemos en la capital vizcaína, que se ha presentado oficialmente este miércoles, defiende la "ruptura total con los medios antiguos de hacer política" y la "lucha implacable contra la corrupción".
El portavoz de la candidatura Claro que se puede Bilbao, Fernando Cuadrado, ha explicado que esta candidatura está formada por "compañeros que somos profesionales, jóvenes, padres de familia, pero sobre todo, personas decentes".
Según ha indicado, Claro que se puede Bilbao "defiende y la continuación de aquellos documentos que se presentaron en la asamblea de Bilbao y aquellas candidaturas presentadas por todos los círculos que, en la asamblea de Vista Alegre, lograron el 80% de la mayoría y que, en este momento,rige el desarrollo del partido Podemos a nivel estatal".
"Queremos un progreso social, justicia, igualdad y, sobre todo, seguir con una lucha implacable contra la corrupción", ha señalado, para defender también "una ruptura total con esos medios que hay antiguos de hacer política".
La candidatura está encabezada por Diego M. Guerin, doctor en Física, Jefe de grupo de investigación, e investigador en la Universidad del País Vasco. Guerin está asentado en Bilbao desde hace once años,sin militancia ni afiliación previa en partidos ni sindicatos de España ni del País Vasco.
Le acompañan en la candidatura Elixabet Diestre, José Luis Mintegia, Yara Pinar, Kepa Roncero, Carmen Pardo, Juan Luis Mata, Eloísa Revilla, Fernando Cuadrado, Agurtzane Marin, Juan Manuel Hernández, Olag Domingo y Carmen Sola.

lunes, 15 de diciembre de 2014

‘Efecto Guggenheim’: así se hizo





Viajar de Bilbao a Vitoria en helicóptero para visitar al lehendakari y luego darse una vuelta y conocer Euskadi a vista de pájaro podría figurar entre las más legendarias bilbainadas, que así se denomina el gusto local por la megalomanía inofensiva. Sucedió en abril de 1991, en una de las primeras tomas de contacto previas a la firma en 1994 del Acuerdo de Gestión entre la Fundación Solomon R. Guggenheimy las autoridades vascas. Aquel pacto, del que el próximo domingo se cumplen 20 años, se ha renovado por dos décadas más.
“Tom [Thomas Krens, zar de la institución neoyorquina entre 1988 y 2008, hasta su salida por un enfrentamiento con el patronato] quedó tan impresionado por el recibimiento que decidió que se haría en Bilbao”, recuerda Carmen Giménez, mujer clave en el arte español y responsable última de aquel sobrevuelo. Giménez había conocido a Krens en los ochenta, década en la que esta desarrolló, con el apoyo del ministro Javier Solana, un influyente programa al frente del Centro Nacional de Exposiciones, germen del Reina Sofía. Cansada de la política cultural, aceptó el cargo de conservadora del arte del siglo XX de la institución neoyorquina, cuya sede de la Quinta Avenida, tan exquisita como limitada, obligaba a la expansión para garantizar su supervivencia.
Con los intentos de abrir sedes en Salzburgo y Massachussets en vía muerta, España (“que fascinaba a Krens por su modernidad y dinamismo”, recuerda Giménez) pareció una buena idea... sí, pero ¿dónde? Las primeras reuniones las organizó Giménez con directivos del Banco Bilbao Vizcaya. Se pensó en un emplazamiento en la calle de Alcalá de Madrid, pero los planes se truncaron. Se coqueteó con Barcelona, Sevilla y Santander, aunque ninguna ciudad ofreció la complicidad política de Bilbao. Gran parte del entusiasmo se debió a Juan Luis Laskurain, diputado de Hacienda. “Fue [el historiador] Alfonso de Otazu quien nos recomendó que fuésemos a los que gestionaban el dinero y no a los responsables de Cultura”, justifica Giménez.
Aquel consejo define bien el devenir del proyecto museístico, que desde el primer momento primó los aspectos económicos sobre los artísticos. “En el ánimo inicial no estaba ilustrar a las masas bilbaínas [los vizcaínos son el 10% de los visitantes], sino relanzar la ciudad en un momento crítico. Y Laskurain tuvo el olfato”, afirma Iñaki Esteban, periodista de El Correo y autor de El efecto Guggenheim. Del espacio basura al ornamento (Anagrama, 2007), sorprendente mezcla de ensayo filosófico e investigación periodística.

El Bilbao de finales de los ochenta era una ciudad desalentada, acosada por la reconversión industrial, la conflictividad social y la heroína, una ruina tiznada por las últimas bocanadas de los Altos Hornos de Vizcaya y un desastre en términos urbanos y de imagen. “El País Vasco por aquel entonces era en EE UU conocido básicamente por la crisis y el terrorismo”, recuerda Laskurain.
La reanimación arrancó en realidad con los proyectos de construcción del metro, el saneamiento del Nervión, un enorme estercolero, y la truncada puesta en marcha de un centro de arte contemporáneo pensado por Jorge de Oteiza y Francisco Javier Sáenz de Oiza con forma de cubo de cristal en el viejo almacén de vinos de la Alhóndiga. “Krens sopesó la idea de usar ese edificio, pero prefirió construir un monumento”, explica Laskurain, que acompañó al gestor en aquella excursión en helicóptero y fue testigo de la noche en que “tras cenar en un restaurante, Krens pidió volver andando al hotel y tuvo una revelación con el espacio, entonces conocido como la Campa de los Ingleses, donde se levantaría el Guggenheim”.
El Ayuntamiento hizo las gestiones para disponer del terreno de Abandoibarra en que erigir el diseño de Frank Gehry, elegido en un concurso con tres candidatos. De aquella justa salió triunfador un arquitecto, pero también un material: el titanio, que recubrió el icono y sirvió de símbolo al efecto Guggenheim, convertido rápidamente en un mito planetario de regeneración urbanística con coartada cultural rara vez reproducido; unas 130 ciudades se han dirigido desde entonces a la fundación neoyorquina.
El Gobierno vasco se involucró rápidamente con la Diputación en el proyecto, con Joseba Arregi como consejero de Cultura. Socios del Guggenheim Bilbao desde entonces, ambas administraciones pagaron a la fundación neoyorquina 20 millones de dólares, desembolsados en dos partes, en 1992 y 1993, por el disfrute de la colección durante 20 años.
Aquella alianza haría necesario el apoyo en el parlamento vasco del Partido Socialista, que impuso como condición que la superficie del edificio se redujese a la mitad. Gehry solo aceptó acortar su sueño en una tercera parte. Inaugurado en 1997, acabó costando 100 millones de euros y se entregó, por inaudito que resulte, en tiempo y forma.
“El resto de los partidos y gran parte de la opinión pública se opuso ferozmente al Guggenheim”, recuerda Laskurain, que dejó en 1992 el barco para trabajar en el Tribunal Vasco de Cuentas, pero dejó al timón a su colaborador Juan Ignacio Vidarte, director general del museo desde su apertura en 1997. “Era la mejor opción, como ha demostrado su excepcional trabajo”, opina Giménez. “A mí me ofreció Krens ese puesto. Recuerdo cuando le dije que no, estuvimos discutiendo hasta las dos de la mañana. Ni siquiera encendimos la luz, tanta era la tensión”.
Vidarte, 18 años en el cargo y superviviente de un par de escándalos (entre ellos, un desfalco de medio millón de euros por un miembro de su equipo), ha pasado la semana en Nueva York, donde el patronato de la Fundación Guggenheim aprobó la prórroga, que ya había recibido el visto bueno de sus homólogos bilbaínos. Vidarte ve la renovación “como un reconocimiento a la labor que se ha hecho en este tiempo”. “Ahora comienza una relación mucho más equilibrada, más de colaboración que de tutelaje”.
El pacto, que se sustancia en un pago de 1,92 millones anuales, incluye, entre otras cosas, que Bilbao cuente con la figura de un conservador del museo neoyorquino de modo permanente, así como el derecho a una presentación cada dos años de obras de la colección (del estilo de la que llena estos días casi todo el espacio de las salas del edificio de Gehry). También implica retomar la aportación, que la crisis interrumpió, de seis millones de euros anuales de Diputación y Gobierno vasco para adquisiciones de la aún modesta colección permanente, que cuenta con unas 130 piezas. La sede bilbaína, que recibió 931.000 visitantes en 2013, extranjeros en un 65%, contará en 2015 con un presupuesto de 27,7 millones, autofinanciado en un 70%.
“Esperemos que se aliente la producción científica desde dentro del museo como prometen, y que sean capaces de algo más que recibir muestras ajenas”, explica el escultor Txomin Badiola en su estudio bilbaíno. Badiola, uno de los primeros creadores vascos a los que el museo compró obra para la colección, mantuvo una actitud escéptica durante el proceso, como casi todo el sistema artístico de la ciudad, que reclamaba una mayor atención al contexto vasco.
Esa oposición se siente aún en el tejido creativo de base de la ciudad, que bulle, ajeno al museo, con propuestas como ColaBoraBora (uno de cuyos miembros, Ricardo Antón, cree que la institución ha contribuido a perpetuar el “monocultivo cultural”) o Consonni, agencia nacida el año en que fue inaugurado el centro. Su directora, María Mur, opina que el museo se hizo y aún se hace a espaldas de la ciudad. “Se ha conseguido que los bilbaínos integren al Guggenheim en su imaginario hasta el punto de que es una de las tres cosas con las que no te puedes meter aquí (las otras son el Athletic y la Virgen de Begoña), pero creo que el Guggenheim no ha hecho el esfuerzo por asimilar a la ciudadanía”.

domingo, 14 de diciembre de 2014

“El programa artístico de Bilbao es uno de los más interesantes de Europa”







Esta misma semana el Patronato de la Solomon R. Guggenheim de Nueva York ha dado un rotundo sí a la renovación del acuerdo por otros 20 años con el Guggenheim Bilbao. Era el trámite que faltaba, después de que el convenio hubiera sido aprobado por la Fundación del Guggenheim Bilbao el pasado día 3. Lejos han quedado las reticencias de hace 20 años, cuando Thomas Krens, por aquel entonces director de la Fundación neoyorquina, confesaba que habían tenido muchas dudas de elegir a Bilbao como sede de un nuevo Guggenheim. “Creíamos que ciudades de menos de cuatro o cinco millones no eran el lugar para instalar un museo de clase mundial. No era la escala correcta”, ha confesado Krens en varias ocasiones.
Veinte años después, la relación entre ambos colegas (como ambos patronatos se han denominado) ha madurado y se ha fortalecido. Ni Bilbao quiere prescindir del Guggenheim ni la Solomon R. Guggenheim quiere renunciar al museo bilbaino, que ha conseguido incluso igualar en número de visitantes a su sede neoyorquina. Desde su inauguración en 1997, el Guggenheim Bilbao ha recibido cerca de 17 millones de visitantes, una media de un millón anual y ha exhibido casi 140 muestras. 
El actual director de la Solomon R. Guggenheim, Richard Armstrong, ha sido uno de los protagonistas en las negociaciones para la renovación de la colaboración con las instituciones vascas que han derivado en un “acuerdo ventajoso” para ambas partes. Armstrong, que sustituyó a Thomas Krens en 2008, supervisa el universo Guggenheim: el museo de Nueva York, la Peggy Guggenheim Collection de Venecia y participa en los órganos de gobierno del Guggenheim Bilbao representando como Patrono fundador a la Fundación neoyorquina. Tras la aprobación del acuerdo, valora en esta entrevista para DEIA el impulso que supondrá el nuevo acuerdo para el museo bilbaino y para el universo Guggenheim.
“Estos veinte años han sido históricos, empezando por el diseño, la construcción, y el afecto universal que ha suscitado el edificio de Frank Gehry”, dice Armstrong, que a diferencia de su predecesor, que llegó a la cima con un MBA pero poco experiencia práctica curatorial, ha pasado mucho tiempo trabajando en los museos desde dentro. Licenciado en Historia del Arte, obtuvo una beca en el Museo Whitney y llegó a trabajar como asistente de artistas consagrados para pagarse el alquiler de su casa.
Por eso, desde el sillón que ocupa en la actualidad, dirigiendo una de las galaxias de arte más importantes, no duda en afirmar “que el programa artístico del Guggenheim es uno de los más variados e interesantes de cualquier museo de Europa. ¿En qué se basa su éxito? Durante estos años, la Fundación Solomon R. Guggenheim ha prestado miles de obras de su colección para las exposiciones de Bilbao, además ha sido excepcional el trabajo del personal del Guggenheim Bilbao, liderado por Juan Ignacio Vidarte, para presentar exposiciones importantes, tanto las organizadas por Nueva York, como por los otros museos europeos como el Centro Georges Pompidou, de París; el Kunsthistorische Museum, de Viena; la Fundación Beyeler, Riehen; así como la Tate y la Royal Academy de Londres. Estos esfuerzos de cooperación, así como una estrategia de colecciones cuidadosamente concebidas, han sido cruciales para el éxito del Guggenheim Bilbao”. Armstrong incide en que “el Guggenheim se ha convertido en sinónimo de experiencias excepcionales en sus múltiples museos -Bilbao, Venecia, Berlín durante 15 años, y, desde luego, en Nueva York- . El público, en general, reconoce y confía en todos estos Guggenheim para ofrecer visitas memorables, y muchos visitantes no sólo acuden habitualmente a exposiciones, ¡algunos incluso visitan todos los Guggenheim del mundo!”.
ACUERDO Ambos socios “hemos profundizado y madurado en esta relación durante 20 años; anticipamos además una estrecha cooperación en los próximos 20 años también. La confianza es crucial para este tipo de acuerdos”, opina Armstrong. 
Lo que hace 20 años era una incógnita ahora es una certeza, y esta nueva realidad ha permitido a las instituciones vascas un acuerdo adaptado a la situación actual, reflejando en el texto este equilibrio de relación entre iguales. Entre los servicios que se reciben de Nueva York, además de tener un acuerdo exclusivo con una institución cultural que opera en el ámbito global, Armstrong destaca “el fuerte respaldo para préstamos de obras de arte”, además del compromiso a programar una gran exposición con los fondos de Nueva York cada dos años; “un nuevo curator de Bilbao, en Nueva York, seguros complementarios; se formaliza, asimismo, la presencia en el Patronato de Nueva York de un representante de las instituciones vascas”, una situación que, de hecho, ya ejerce el exvicelehendakari Jon Azua desde el inicio de la colaboración. 
Cambia también el modelo de relación económica que se ha mantenido hasta ahora. Se ha estado pagando una cantidad variable cada año en función de los servicios que la fundación neoyorquina ha prestado a Bilbao. Ahora pasa a ser una cantidad fija de 1.920.000 euros anuales, que incluye además los nuevos proyectos de colaboración. Armstrong anuncia que “todos los directores de museos se reunirán anualmente para debatir las políticas destinadas a mejorar la coordinación de los esfuerzos entre Bilbao, Venecia, Nueva York y Abu Dhabi. De esta manera, continuaremos fortaleciendo los museos a nivel global a través del intercambio y las iniciativas conjuntas”. 
En cuanto a las voces que acusan a la Fundación de Nueva York de imponer exposiciones y adquisiciones de obras de arte, Armstrong es contundente: “El programa de exposiciones y el plan de adquisiciones se elaboran de forma conjunta”.
El director de la Fundación Solomon R. Guggenheim no está de acuerdo tampoco con algunas afirmaciones vertidas sobre que se presta poca atención a los artistas vascos. “Siempre hemos buscado dar oportunidades a los creadores vascos, no solo planteando programas atractivos, sino también adquiriendo obra para la colección del Guggenheim Bilbao”.
GALAXIA GUGGENHEIM Armstrong se refiere a la propuesta para construir un Guggenheim en Helsinki, con el cual la galaxia Guggenheim contaría con otro museo en Europa. “Al concurso de ideas inicial concurrieron 1.175 proyectos. La semana pasada se seleccionaron seis propuestas, que deberán desarrollarse en detalle. Esperamos seleccionar una para este verano, aunque reconocemos que todavía no se han tomado las decisiones políticas importantes relativas a la financiación del proyecto y a su futuro”.
El director de la Fundación neoyorquina vuelve a poner como ejemplo a Bilbao: “Son dos ciudades muy diferentes, pero tenemos la esperanza de que en Helsinki se produzca otro efecto Bilbao, una ciudad cuyo museo revitalizó la economía, atrajo el turismo y dio a la región una gran proyección internacional”.
La galaxia Guggenheim se completa con otros tres museos: el de Nueva York, del que Armstrong también es el director, Venecia, y el de Abu Dhabi, en construcción. “El Museo de Nueva York goza de muy buena salud, atrayendo a más de un millón de visitantes al año, con la presentación de programas y exposiciones excepcionales e innovadoras. La crisis económica nos afectó, como a todos, pero se incrementaron los presupuestos y ahora está más fuerte que nunca”

sábado, 13 de diciembre de 2014

David Breashears muestra en Bilbao sus fotos sobre los glaciares del Himalaya




La muestra, compuesta por 14 paneles con imágenes actuales y de hace casi un siglo de distintos glaciares de la cordillera del Himalaya y de algunos de sus montes más emblemáticos, como el Everest, el Cho Oyu o el Kanchenjunga, se encuentra repartida entre las estaciones de Metro Bilbao de Indautxu, Moyua y Casco Viejo. 
La exposición titulada "Ríos de hielo: Glaciares en vías de extinción en el Gran Himalaya", documenta la pérdida de terreno que han experimentado éstos mediante la comparación de su estado actual con el que tenían hace un siglo, gracias a imágenes tomadas en 1898 y 1921 por precursores de la fotografía de alta montaña, como el italiano Vittorio Sella, George Mallory y Major Wheeler. 
La muestra fue exhibida en Copenhague como previa de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático que tuvo lugar en 2009 y también ha pasado por Nueva York, Londres, Beijing y Trento, entre otros lugares. 
David Breashears ha visitado hoy la exposición, que se encuentra abierta al público desde el pasado 5 de diciembre y se podrá ver hasta el 31 de este mes, y se ha mostrado "encantado" con cómo ha quedado instalada en las paredes de las estaciones del metro de Bilbao. 
"Podría parecer que éste no es el lugar más adecuado para una exposición así porque parece que es un lugar muy sucio -ha indicado-, pero, tras ver cómo ha quedado en este Metro grande, brillante y perfectamente limpio, me he llevado una gran alegría". 
"Me parece que es un escenario hermoso para mi obra", ha rematado. 
Breashears es un experimentado cineasta, explorador, escritor y alpinista que ha realizado y colaborado en más de 40 proyectos de cine, incluidas las películas "Siete años en el Tíbet", protagonizada por Brad Pitt, y  "Cliffhanger", por Silvester Stallone, y es autor del premiado documental "Bandera Roja". 
En 1983 transmitió las primeras imágenes en vivo desde la cima del Monte Everest. 
Es fundador y director ejecutivo de GlacierWorks, una organización sin ánimo de lucro que utiliza el arte, la ciencia, y la aventura para sensibilizar al público acerca de las consecuencias del cambio climático en la región del Gran Himalaya. 
Breashears se ha mostrado convencido, en este sentido, de que "sólo la ciencia es la que podrá darnos las soluciones al problema del cambio climático en el futuro. Tenemos que recurrir a la ciencia para encontrar las respuestas a lo que está pasando", ha concluido.

La cultura brilla en la noche de Bilbao





21 comercios y bares, 9 plazas y espacios públicos, 31 espacios socioculturales y más de 24 asociaciones abiertos al público desde las seis de la tarde, "hasta que el cuerpo aguante". Por tercer año consecutivo, 'La noche abierta' abrirá las puertas a la cultura nocturna de Bilbao el próximo sábado 13 de diciembre. "Cientos de luciérnagas" brillarán para tratar de impulsar la vida social y cultural la vida de los barrios San Francisco, Zabala y Bilbao La Vieja.
Más de 60 actividades gratuitas se concentrarán en estos locales que unen sus fuerzas para empujar la variedad de formatos creativos para hablar de todas las realidades culturales: música, teatro, performances, activismo, proyecciones, degustaciones, exposiciones, talleres o actividades infantiles. Este año, además, tratarán de recibir el apoyo ciudadano con el hasgtag #Gauirekia en redes sociales.
El objetivo, explica la asociación cultural Sarean, es que esta jornada especial sirva para conocer a las personas y sus espacios, que propicie nuevos encuentros y refuerce la red de interacciones solidarias entre las diferentes personas que compartimos nuestra vida, trabajo y sueños en estos barrios de Bilbao. La asociación ha hecho especial hincapié también en la participación de las organizaciones sociales y vecinales que trabajan en los barrios.
Desde la plaza Corazón de María emitirán en directo Irola Irratia y habrá un punto de información y sorpresas a cargo de la asociación cultural Sarean que en la primavera de 2015 reabre el espacio Sarean en la Plaza Corazón de María, un lugar para la confluencia de vecinas, culturas y artes. En la variedad está el gusto. Así, May Serrano está colaborando con Posada de los Abrazos a través del teatro, Itxaso Díaz trabaja con audiovisuales en Cáritas Hargindegi y Josu Barro e Iñaki Orrantia están en la construcción y puesta en marcha de una impresora 3D con Agiantza. Todos están invitados. solo hay que escoger una propuesta.

viernes, 12 de diciembre de 2014

Punta Galea ruge con su gran ola

De mercadillo navideño al estilo londinense sin salir de Bilbao





THE Sunday Market, el mercadillo al más puro estilo londinense que se viene celebrando cada último domingo de mes en Bilbao, cumple un año y lo celebra con una edición especial de Navidad este domingo, 14 de diciembre. Además, lo hace de forma simultánea en Bilbao y en Donostia.
En esta ocasión, este singular mercado estrena nuevo y emblemático emplazamiento, el exterior del nuevo Café La Ribera, contiguo al Mercado de La Ribera, junto a la ría de Bilbao, la arteria principal de la ciudad. Una localización perfecta en pleno corazón del Casco Viejo, donde celebrar su cumpleaños y la Navidad en una jornada de mercado con un sinfín de productos ricos y originales que hagan honor a su lema: “Pasión por las cosas bonitas”.
Al cumplir un año, el objetivo es que sea un día de mercado especial, envuelto por la magia de la Navidad y donde el visitante podrá descubrir nuevas sorpresas y sobre todo, cosas bonitas, ideales para regalar en estas fechas. Todo ello con el atractivo añadido de que la entrada es gratuita.
La celebración de The Sunday Market es apoyar a pequeñas marcas y negocios que se darán a conocer y pondrán a la venta sus productos tanto nuevos como de stock en este mercado emergente.
Al igual que en los tradicionales mercados londinenses, en The Sunday Market se concentrará una amplia variedad de objetos de decoración, mobiliario, ropa vintage, libros, vinilos, tartas y cupcakes, tiendas con encanto, productos artesanales, gadgets de diseño, flores, moda... En definitiva, un punto de encuentro para los amantes de lo creativo, lo original, y lo bonito.
Sin duda, una manera nueva y diferente de disfrutar del domingo en la antesala de la Navidad.
Por su parte, el Sunday Market Donosti tendrá lugar en el mismo sitio que en anteriores ediciones, el Kursaal, auténtico icono de la ciudad.

jueves, 11 de diciembre de 2014

La Alhóndiga llevará el nombre de Iñaki Azkuna





El alcalde de Bilbao, Ibon Areso, ha anunciado este miércoles que el centro cultural y de ocio de la Alhóndiga llevará el nombre de Iñaki Azkuna, en reconocimiento al regidor fallecido el pasado mes de marzo. Areso ha comunicado esta decisión al término del pleno, de carácter ordinario, que ha celebrado hoy el Ayuntamiento de la capital vizcaína.
El alcalde ha explicado que se ha decidido por rebautizar el centro de la Alhóndiga con el nombre de su antecesor al ser ésta la obra "más entrañable e importante" que está "vinculada directamente a la gestión política de Azkuna". El centro de ocio y cultura Alhóndiga Bilbao, levantado en el edificio del viejo almacén de vinos de la capital vizcaína, fue diseñado por el francés Philippe Starck e inaugurado por Azkuna el 18 de mayo de 2010, después de nueve años de obras y una inversión de 71 millones de euros.
Areso ha indicado que al hacer esta propuesta pensó en el Centro Pompidou de París, el edificio de arte y cultura que lleva el nombre de un expresidente de la República francesa. El pasado día 4, el PSE ya planteó que el centro Alhóndiga Bilbao se denominara Iñaki Azkuna, aunque el portavoz socialista en el Ayuntamiento, Alfonso Gil, ha asegurado hoy que no lo habría propuesto si hubiera sabido que esa era la iniciativa concreta que iba a revelar Areso.
El alcalde ha explicado que, nada más fallecer Azkuna, el pasado 20 de marzo, hubo un "clamor popular" para que se le dedicase una calle y se habló de dar su nombre a la Plaza Circular. Areso ha recordado que Azkuna no era nada amigo de cambiar nombres de calles y que pocas semanas después del fallecimiento del anterior alcalde propuso a algunos de sus allegados, "para no hacer algo que no fuese aceptado en su círculo íntimo", que el edificio de la Alhóndiga fuese el elegido para el homenaje.
Más tarde comunicó el asunto a la directora de Alhóndiga Bilbao, Lourdes Fernández, para que no se hiciese papelería o cartelería del centro que supusiera un "gasto inútil", y después informó a los grupos municipales de que próximamente daría a conocer su decisión en reconocimiento de Azkuna, que no les concretó.
Rechazo de EH Bildu
"Luego vino la rueda de prensa del Partido Socialista. No sé si creo en casualidades", ha agregado Areso. El portavoz del PSE ha defendido que un edificio "emblemático" como la Alhóndiga lleve el nombre de quien fuera alcalde durante 15 años, que "murió en el ejercicio de su cargo" y que tenía "un liderazgo reconocido por la gente". Aitziber Ibaibarriaga, de EH Bildu, ha considerado que la decisión de Areso puede resultar "partidista" y un "culto a la personalidad" de Azkuna, y ha expresado su rechazo a esta medida al entender que "no hay precedentes" con otros alcaldes.
Areso le ha respondido que sí hay precedentes de calles dedicadas a alcaldes (ha citado a Ercoreca, Moyúa, Uhagón y a Victoria de Lezea) y ha añadido que "no es una ocurrencia partidista" y que, si estuviera pensando en la campaña electoral, no habría hecho la propuesta.
La portavoz del PP, Beatriz Marcos, ha señalado que "la Alhóndiga ha sido la Alhóndiga toda la vida" por lo que cree "muy difícil" que ahora se la empiece a llamar de otra manera, y ha considerado que sería mejor poner el nombre de Azkuna a algún edificio nuevo, como podría ser la futura estación de autobuses de Termibús. Areso ha dicho que no sabe si el nombre "cuajará" entre los bilbaínos, pero ha subrayado que cuando se celebre allí, por ejemplo, una cumbre de alcaldes, no habrá dudas de que tendrá lugar "en el centro del alcalde Azkuna".
El PSE ya propuso la semana pasada que el emblemático centro de ocio y cultura se llamase 'Iñaki Azkuna'. El portavoz socialista en el Ayuntamiento, Alfonso Gil, dijo que era el momento de que esta corporación municipal "reconociese" la figura de Azkuna, "un líder de ciudad sin paliativos". La propuesta del PSE era que la Alhóndiga, que Azkuna "desarrolló en su mandato y fue capaz de poner en marcha", llevase el nombre del regidor fallecido. Otro de los lugares que figuró como posible fue la plaza Circular. Pero con la Alhóndiga Azkuna ya ha encontrado su lugar en Bilbao.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Los retratos de fantasía de Tiepolo, en Bilbao






El Museo de Bellas Artes de Bilbao exhibe una pequeña pero exquisita muestra de los “retratos de fantasía” que realizó durante su estancia en España el pintor veneciano Giandomenico Tiepolo (1727-1804), hijo del famoso pintor de la corte de Carlos III Giambattista Tiepolo. La exposición, titulada El artista en la Corte, Giandomenico Tiepolo y sus retratos de fantasía, comisariada por Andrés Úbeda de los Cobos, jefe de Conservación de Pintura Italiana y Francesa del Museo del Prado, reúne once pinturas y doce estampas realizados por el artista presumiblemente hacia 1768. 
De las once pinturas que se podrán ver, diez pertenecen a una colección particular, mientras que el undécimo, el titulado Retrato de anciano con espada, procede de la colección de la Casa Museu Medeiros e Almeida, de Lisboa, cuya existencia se conocía solo por referencias fotográficas. 
Tres de los óleos reflejan el busto de figuras masculinas de viejos barbudos sosteniendo una espada o con un turbante al estilo oriental, y los ocho restantes, primeros planos de jóvenes y bellas mujeres que muestran un atractivo elegante pero comedido, al gusto del canon de belleza femenina que imperaba en la sociedad madrileña de la época, finales del XVIII. 
TRADICIÓN
Las doce estampas y grabados al aguafuerte, custodiados en la Biblioteca Nacional, que se exhiben junto a las pinturas en la parte del Museo bilbaino dedicada a la pintura clásica, complementan la exposición que podrá verse hasta el 20 de abril de 2015. 
Las estampas reproducen también retratos de bellas jóvenes y viejos barbudos, lo que da al conjunto de óleos y grabados expuestos una unidad estilística considerable. 
Los retratos de fantasía son un subgénero del retrato sucesor de una larga tradición en la pintura veneciana, lugar del que procedía tanto el patriarca de la familia Tiepolo como sus hijos Giandomenico y Lorenzo, cuyos máximos exponentes fueron Tiziano y El Veronés. 
Los retratos femeninos precisamente tienen su antecedente en la obra de estos dos genios del Renacimiento italiano, mientras que los masculinos -hombres de avanzada edad, en actitud solemne y suntuosamente ataviados-, tienen su principal precedente en las estampas del genio de la pintura holandesa Rembrandt. 
Tanto el propio Giandomenico, como su padre, Giambattista Tiepolo, y su hermano, Lorenzo, están considerados “los últimos representantes de un género como este que prácticamente desaparece para dejar paso al llamado neoclasicismo”, apuntó el comisario de la muestra, Andrés Úbeda, durante su presentación. Úbeda señaló que, en los “retratos de fantasía” expuestos en Bilbao se observa que tanto Giandomenico como su hermano Lorenzo consiguieron superar la limitación estilística y conseguir un estilo propio y personal que suponía para los artistas formar parte de la “factoría” artística de su padre y haber sido formados, por tanto, en la imitación y reproducción de su estilo. 
La muestra dedicada a los retratos del Tiepolo refuerza el programa expositivo del Museo de Bellas Artes, que en la actualidad reúne en sus diferentes salas de arte clásico y contemporáneo una muestra sobre el hiperrealismo y otra de grabados del italiano Paladino. “Esta exposición es un broche de oro para nuestro año expositivo”, señaló el director de la pinacoteca bilbaina, Javier Viar.

martes, 2 de diciembre de 2014

Los guerreros de terracota conquistan Bilbao





Los guerreros de terracota del primer emperador chino volverán a tomar Euskadi, 16 años después de su presencia en el Guggenheim como elemento testimonial de una muestra dedicada al arte chino. Esta vez, lo harán como protagonistas centrales de una exposición que evoca, mediante réplicas y montajes escénicos, el yacimiento donde fueron halladas las figuras sepultadas en torno al mausoleo del que fuera primer emperador chino, Quin Shi Huang (260-210. A.C).
La muestra incluirá alrededor de 150 reproducciones a tamaño original de objetos, piezas y figuras que fueron halladas en el yacimiento, descubierto por unos campesinos en 1974, durante unas prospecciones en busca de abastecimientos subterráneos de agua. Entre los elementos del recorrido sobresale la escenificación del denominado foso 1, con más de 90 guerreros en formación, a escala natural 1:1.
Hoy, cuatro décadas después del hallazgo y del inicio de las excavaciones, se calcula que han sido desenterrados ya alrededor de unos 8.000 guerreros repartidos en tres fosos, cuando aún no se ha alcanzado ni abierto el núcleo de la tumba, el propio mausoleo real donde yacen los restos de Quin Shi Huang, que continúa intacto.
Quien fuera uno de los artífices de la unificación del imperio chino y de la Gran Muralla, creía que, enterrando estas estatuas de su ejército, seguiría teniendo tropas bajo su mando más allá de la vida terrenal. 

Todas las figuras son diferentes y tienen rasgos y características distintas: bigotes, peinados, atuendos, rasgos de etnias distintas y diversas edades. Las cabezas y las manos se moldeaban por separado y se añadían a los cuerpos con posterioridad. Aunque presentan el aspecto marrón de la terracota, todas fueron coloreadas y pintadas, pero el contacto con el oxígeno les hizo perder su tonalidad. Los uniformes, trajes y atuendos reflejan los rangos militares a los que pertenecen y sus distintos niveles jerárquicos. Cada guerrero porta a su vez un arma propia, bien sea arcos, lanzas o espadas.
Gran formato
El montaje también exhibirá ocho grandes reconstrucciones de figuras humanas, de mayor tamaño al real, junto a caballos, armas, joyería, arte y herramientas. Alrededor de la réplica de la excavación se ha dispuesto un gran diorama a color del foso original para hacerse idea de las dimensiones del descubrimiento. Completa la exposición la proyección de un documental donde se relatan las claves del hallazgo, incluidos testimonios de algunos de los campesinos que dieron con el enterramiento.
La muestra ha recorrido varias ciudades europeas y a Bilbao llegará procedente de Dublín. En su estancia en Madrid entre noviembre de 2013 y mayo de este año fue visitada por más de 100.000 personas. Las fechas en el Euskalduna son inamovibles por motivos de agenda y eventos del recinto bilbaino.
La exposición, titulada Terracotta Army-Guerreros de Xian, será instalada en la zona de ampliación del palacio Euskalduna de Bilbao y ocupará más de 2.000 metros cuadrados. Estará abierta del 15 de diciembre de este año al 22 de febrero de 2015. Las entradas están ya a la venta en los cajeros de Kutxabank y las taquillas del propio palacio. Los precios van de los 8 euros (10 el fin de semana) para adultos, a los seis para los niños de 4 a 12 años.