El periplo vital de la cántabra Harang Lee (16 años) refleja el cosmopolitismo de la España contemporánea. De padres coreanos y nacida en Bilbao, esta jugadora -presente y futuro del golf español- se mudó a Castro Urdiales junto con su familia siendo tan sólo una niña. Comenzó pronto a coger los palos, desde que, a los cinco años, su padre -acupuntor y antiguo profesor de taekwondo- decidiera enseñarle a jugar. «Se me dio bien y enseguida comencé a participar en torneos», recuerda la joven.
Así llegarían los primeros éxitos. Esta temprana trayectoria llamó rápidamente la atención de la Federación Española, que reclamó sus servicios para defender los colores nacionales en diversos campeonatos. Hace tres años, ante la imposibilidad de entrenar habitualmente cerca de su casa, la Federación propuso a la jugadora trasladarse a la Escuela Nacional Blume de Golf, en Madrid, donde compagina sus estudios de 2º de Bachillerato con la preparación para alcanzar la excelencia.
«Lo que tengo claro es que yo quiero dedicarme a esto -admite Harang Lee-. El año que viene iré a estudiar a Estados Unidos, a la Universidad de Georgia. Mi objetivo es llegar a ser profesional, ganar lo más posible y aspirar a ser la número uno», afirma. Para ello, nada mejor que fijarse en los grandes campeones. Harang se mira en el norirlandés, Rory McIlroy, en la malagueña Azahara Muñoz y en el legado de Severiano Ballesteros. «Me gustaba mucho», dice. ::
No hay comentarios:
Publicar un comentario