La agencia Red Pepper Land, con base en Nashville, creó un sistema capaz de registrar automáticamente a usiarios de Facebook en páginas de diferentes empresas: bares, restaurantes y lugares similares. Como si se tratara de un gadget diseñado por asesores de espías, este dispositivo sabe detectar caras vistas en perfiles de Facebook. Todo funciona con base en una cámara llamada Facedeals, que funciona a partir de una aplicación (con la debida autorización de los usiarios). Sí, la idea suena un poco invasiva.
¿Que cómo le hace la camarita en cuestión para ubicar la cara de los usuarios y registrarlos de inmediato en las páginas de bares y restaurantes? Me pregunté lo mismo. Se supone que, primero, la gente tiene que verificar su identidad en la aplicación, lo mismo que las etiquetas de sus fotos más recientes. Así, el sistema se hace una idea de la apariencia física de los sujetos y luego los vincula con ciertos establecimientos. Las cámaras están instaladas en distintos negocios y son expertas en reconocimiento facial. Obviamente, los propietarios de las empresas tienen que darlas de alta, configurar su ubicación para que sea reconocida, registrarse de acuerdo con el sistema de Facebook. Simultáneamente, con base en los likes que dan las personas, el sistema envía promociones personalizadas, directamente a sus smartphones.
¿Qué les parece? ¿Se trata de una invasión a la privacidad? Sí da un poco de miedo, pero también debemos reconocer que la gente decide entrarle a la dinámica, nadie les pone pistola en frente para decir que sí o que no, de manera que cada quien obtiene lo que busca (como si eso representara algún tipo de consuelo).
Por lo pronto, este nuevo sistema está en etapa de pruebas en Nashville. Conociendo a la especie humana y su evolución a partir de las redes sociales, no dudo que el concepto prospere y se convierta en un negociazo.
¿Que cómo le hace la camarita en cuestión para ubicar la cara de los usuarios y registrarlos de inmediato en las páginas de bares y restaurantes? Me pregunté lo mismo. Se supone que, primero, la gente tiene que verificar su identidad en la aplicación, lo mismo que las etiquetas de sus fotos más recientes. Así, el sistema se hace una idea de la apariencia física de los sujetos y luego los vincula con ciertos establecimientos. Las cámaras están instaladas en distintos negocios y son expertas en reconocimiento facial. Obviamente, los propietarios de las empresas tienen que darlas de alta, configurar su ubicación para que sea reconocida, registrarse de acuerdo con el sistema de Facebook. Simultáneamente, con base en los likes que dan las personas, el sistema envía promociones personalizadas, directamente a sus smartphones.
¿Qué les parece? ¿Se trata de una invasión a la privacidad? Sí da un poco de miedo, pero también debemos reconocer que la gente decide entrarle a la dinámica, nadie les pone pistola en frente para decir que sí o que no, de manera que cada quien obtiene lo que busca (como si eso representara algún tipo de consuelo).
Por lo pronto, este nuevo sistema está en etapa de pruebas en Nashville. Conociendo a la especie humana y su evolución a partir de las redes sociales, no dudo que el concepto prospere y se convierta en un negociazo.
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