Mario Salvatierra / Tribuna de prensa
En el libro de Mariano Guindal, El declive de los dioses, Planeta, 2011, dedicado a los secretos de la transición económica española, se relata una de las funciones que cumplía el Sr. Goirigolzarri al servicio de las familias vascas de Neguri. En octubre de 1987, el presidente del Banco Vizcaya, Pedro de Toledo, había creado una serie de cuentas secretas en paraísos fiscales. Cuando el Vizcaya se fusionó en 1991 con el Bilbao dichas cuentas quedaron “durmientes” en la nueva entidad fusionada: BBV. Emilio Ybarra las utilizó para comprar acciones cuando se privatizó Argentaria de cara a una hipotética fusión con ésta entidad. Cuando Rodrigo Rato tuvo conocimiento de dichas participaciones le ordenó venderlas. Así se hizo y obtuvieron unas plusvalías de 134,4 millones de dólares, que fueron depositados en las cuentas secretas que la entidad tenía en Jersey y Liechtenstein.
Con aquellas cuentas, afirma Mariano Guindal, se constituyó un “fondo de reptiles” que fue utilizado para comprar favores políticos en Colombia, Perú, México y Venezuela. Dice el informe de la fiscalía: «El objetivo final era la obtención de posiciones mayoritarias en determinadas entidades financieras de Latinoamérica, ya comprando voluntades políticas, ya legitimando capitales de procedencia ilícita».
… En 1998 España invirtió en el Cono Sur alrededor de 10.000 millones de dólares (Telefónica, Repsol, etc.) En 1999 sobrepasó los 20.500 millones de dólares. Por ejemplo, ahora que está tan de moda hablar de YPF; en junio de 1999 Repsol se hizo con el control de la petrolera argentina pagando 2,1 billones de pesetas. Y ello fue posible, gracias a las “regalías” (“coimas”, en el habla porteña) y a las generosas aportaciones que se hicieron en la campaña electoral de Carlos Menem. También se denunció el pago de comisiones en la compra de Aerolíneas Argentinas por parte de Iberia; aunque lo más destacado fueron los 900 millones de dólares en sobornos por parte de Juan Villalonga, presidente de Telefónica, para hacerse con el control de la Telefónica de Argentina.
Por eso cuando comprobaron que el BBV estaba pagando comisiones a políticos como a Hugo Chaves, Carlos Menem e incluso a Fujimori, este entramado empezó a ser investigado por la CIA y el FBI. Para ello, el FBI utilizó a un testigo protegido llamado Nelson Rodríguez, exdirectivo del BBV en Puerto Rico desde aquella filial bancaria se dirigía todas las operaciones en Latinoamérica. Cuenta Mariano Guindal que el redactor jefe de La Vanguardia , Manel Pérez, tuvo acceso a la investigación de la fiscalía y publicó un amplio informe sobre esas operaciones, en las que estaban implicados el entonces secretario de Estado de Hacienda Estanislao Rodríguez Ponga, como autor de un manual para facilitar la evasión fiscal, y el actual presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, era el responsable de los pagos ilegales a los políticos latinoamericanos. Lo que investigo la justicia española no fueron tanto los sobornos como la evasión fiscal. Como se entenderá, el banco BBV lo negó, pero unas semanas después todo quedó confirmado cuando se levantó el secreto del sumario.
A los diez meses de la fusión BBV y Argentaria (septiembre de 2000) Emilio Ybarra comunicó a Francisco González la existencia de unas cuentas fuera de balance. Éste le respondió que había que regularizarlas y el 10 de diciembre ordenaron a Luis Bastida (del BBV) y a Ángel Cano (Argentaria) que fueran a Suiza a solucionar el “problema”. Fue en ese momento cuando el entonces director de asuntos legales de BBVA, Mario Fernández, informó a Francisco González que además de aquella cuenta secreta que tenía 33.000 millones de pesetas había otra con 3.500 millones desde que se hicieron los pagos a los antiguos consejeros del antiguo Banco de Bilbao. González forzó una entrevista con el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana para informarle de la situación. Emilio Ybarra argumentó que con aquellos pagos se trataba de facilitar la compra del banco Bancomer de México. Dicen que González le espetó:
-Emilio, por favor, di la verdad de una vez porque estás mintiendo claramente; le vas a mentir al Banco de España y eso me parece gravísimo.
Así fue como Francisco González se hizo con la presidencia única del BBVA y dejó en el consejo a José Ignacio Goirigolzarri como hombre de confianza de las familias vascas de Neguri. Meses más tarde González cambió los estatutos para cambiar el límite de edad para continuar como presidente del banco. Esto provocó una guerra interna por el poder, hasta que el 29 de septiembre de 2009 Goirigolzarri dimitió tras cobrar una indemnización de 56 millones de euros. Fue sustituido por Ángel Cano, el hombre que viajó a Suiza para resolver las cuentas secretas.
Lo que aquí escribo está, como dije, en el libro de Mariano Guindal. El señor, José Ignacio Goirigolzarri, educado en los jesuitas, nunca dio una explicación pública de sus actividades en el BBV. ¿No es hora de que nos relate con todo detalle su trabajo con los paraísos fiscales? ¿Luis de Guindos sabrá algo? Dijo Rajoy que a la gente hay que decirle la verdad, la verdad y la verdad. Estamos esperando señor Rajoy.
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